China y TVE

El proceso que desde hace unos cinco años se opera en China ha merecido la atención de EL PAÍS en reiteradas ocasiones. Si bien el cariz ideológico de los reportajes y artículos de opinión ha sido, como es obvio, heterogéneo y plural, los artículos editoriales han mantenido, sin embargo, una línea constante de comprensión y apoyo de los esfuerzos limitados de modernización que abandera Deng Xiaoping. Un exponente claro es el reciente editorial "La China de la revolución pendiente", del pasado sábado 4 de septiembre.Sin entrar en cuestiones más de fondo, quiero tan sólo constatar la parcialidad y los ties occidentalistas con que se observa y diagnostica desde esa tribuna los acontecimientos chinos. Considerar globalmente el proceso como una encomiable prueba de modernización y de aproximación al paradigina de los Estados y del desarrollo de Occidente es una posible lectura. Otra podría ser el abandono de los logros igualitarios en el terreno de las relaciones sociales y de la división del trabajo y el retroceso de las distintas formas de apropiación social y de una incipiente privatización, de corto alcance en la situáción actual, de los medios de producción. Televisión Española, que de tanto asombrarnos ya no nos asombra casi nada, como se dice en otro editorial del mismo día, supo por esta vez efectuar una doble lectura e incluso.leer entre líneas en un breve reportaje dedicado a este tema y emitido el mismo sábado por la noche en. el espacio Informe Semanal. /