Las organizaciones agrarias discuten su futuro

Ayer comenzaron en Guadalajara y Madrid la asamblea extraordinaria del Centro Nacional de Jóvenes Agricultores (CNJA) y el congreso constituyente de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), sindicato que nace de la mano de la Federación de Trabajadores de la Tierra (FTT), rama agraria de la central socialista UGT.A la asamblea extraordinaria del CNJA asisten unos 150 compromisarios de toda España, que se han reunido bajo el lema Profesionalidad, clave de un sindicato libre y democrático. En las sesiones se está estudiando principalmente la línea de actuación sindical que seguirá esta organización profesional agraria durante los próximos meses a la vista del momento político y económico actual.

Entre los objetivos de la reunión destacan también el logro de una mejor defensa de los intereses de los agricultores y la recuperación de la renta del sector agrario. Los Jóvenes Agricultores quieren terminar también con el catastrofismo en la agricultura, arbitrando medidas, entre las que destacan las relativas a los seguros y la financiación, y diversas acciones, como aprovechamiento hidráulico, forestación, etcétera, que permitan el ejercicio de la profesión agraria sin la permanente amenaza del abandono de la misma por la falta de recursos.

Finalmente, otro de los temas de estudio será la consolidación del proceso de modernización de la agricultura española. Los resultados de las discusiones serán la base de un programa agrario que marcará las líneas de colaboración y reivindicación con el futuro Gobierno, las Cortes y los Parlamentos autónomos. Este sindicato está pasando por una etapa de crecimiento y se halla en fase de fusión con la Unión de Federaciones Agrarias de España (UFADE).

Por otro lado, ayer comenzó también en Madrid, el congreso constituyente de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). Esta nueva organización agraria, que ya cuenta con implantación en algunas provincias, pretende contar entre sus afiliados con pequeños agricultores. Hasta ahora la central socialista contaba con la Federación de Trabajadores de la Tierra (FTT), en la que la mayoría de afiliados son asalariados. Dado que los intereses de los asalariados y de los agricultores propietarios son distintos, y para lograr una mayor afiliación en las regiones del norte de la Península, la FTT ha creado esta nueva rama.