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El 28 de octubre, elecciones generales

La convención confirmará hoy a Lavilla como su número uno

La Convención Nacional de UCD, primer acto de envergadura que celebra el partido centrista en la precampaña electoral, se inaugura hoy en Madrid con el anuncio de la candidatura de Landelino Lavilla a la presidencia del Gobierno para después de las elecciones generales, y la muy probable dimisión de José Luis Alvárez como ministro de Agricultura, para abandonar las filas centristas e ingresar en Alianza Popular. En la sede oficial de UCD se temía ayer que la marcha de Alvárez, que el interesado no quiso ni confirmar ni desmentir anoche a EL PAIS, fuera el detonante de nuevas fugas, entre las que se citaban los nombres de Gabriel Cisneros, Arturo Moya y el ex secretario de Estado de Alimentación y Consumo, Juan Carlos Guerra Zunzunegui.La decisión de José Luis Alvárez está originada, según un comunicado emitido por su gabinete de Prensa, por lo ocurrido en la reunión del comité ejecutivo centrista del pasado martes, que rechazó la coalición con AP y aprobó la alianza con el PDL de Garrigues. En relación con el resultado del citado comité ejecutivo, este periódico ha podido contrastar en fuentes solventes, que la intervención del presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, contraria a la coalición de UCD con AP, fue el factor decisivo de la derrota que sufrió Rodolfo Martín Villa, el principal valedor de ese pacto. Una fuente muy próxima a Martín Villa aseguró que, hasta ese momento, Calvo Sotelo se había mostrado partidario de la coalición, y así se lo había manifestado en las entrevistas que ambos líderes mantuvieron en la Moncloa días antes de la reunión.

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Esta sesión del máximo órgano directivo de UCD resultó decisiva para el partido en el Gobierno, puesto que había que elegir entre concurrir en coalición con el partido de Fraga a las próximas elecciones generales, o ir en alianza con el PDL. La primera de estas tesis era defendida por Rodolfo Martin Villa, y apoyada por un buen número de ministros, de miembros del secretariado y del ejecutivo, y por el propio presidente Calvo Sotelo. La segunda, por el presidente centrista, Landelino Lavilla, y su adjunto Ortega.

Como se recordará triunfó la tesis de este último, por amplia mayoría. No obstante, hasta el día anterior, los pronósticos sobre qué proyecto se iba a imponer estaban casi igualados, con una ligera tendencia favorable a Lavilla, dada la firmeza de sus convicciones y, sobre todo, el éxito obtenido en el consejo político de Madrid, donde Lavilla, formando tandem con el ministro Rosón, consiguió 73 votos favorables a la no coalición UCD-AP, mientras que los ministros Alvárez y Bayón, partidarios de la citada coalición, tan sólo consiguieron tres votos.

Así las cosas, la importante reunión del ejecutivo se presentaba más dificil para Lavilla de lo que finalmente resultó. Martín Villa contaba a su favor con todos los hombres de su grupo, con el ministro Pérez Llorca, los liberales Attard y Jiménez Blanco y el democristiano Mayor Oreja. Martín Villa contaba también, según fuentes de absoluta solvencia, con la promesa de apoyo de Leopoldo Calvo Sotelo, hecho éste que inducía a pensar al secretario de Organiza-ción centrista que arrastraría consigo los votos de algunos miembros del ejecutivo que tradicionalmente suelen aliarse con las posiciones defendidas por quien ocupa La Moncloa. Finalmente, había otras personas, como Jaime Lamo, García Margallo, Abril y Rafael Arias, que optaban por una coalición con los otros partidos de centro, el ya mencionado PDL, y el CDS de Suárez y, de no ser posible, aceptaban una alianza condicionada con AP.

Sin embargo, el rotundo discurso de Lavilla, de 20 minutos de duración, pronunciado al poco de iniciarse la sesión del ejecutivo, y en el que dió a entender con toda claridad que él renunciaría a la preidencia del partido en caso de aprobarse el pacto con Fraga, y, muy especialmente, la intervención de Calvo Sotelo rechazando la coalición con AP, hicieron variar la posición de Martín Villa, quien intervino casi al final de la reunión. Un asistente a la misma, señaló a este periódico que el rostro de Martín Villa durante la intervención de Calvo Sotelo reflejaba una gran sorpresa. Al finalizar, Martín Villa no pudo contener algún comentario en este sentido a algún compañero de partido.

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