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Ligera recuperación de la actividad bancaria en julio y agosto, motivada por la inflación

La inversión bancaria se ha recuperado algo en los dos meses de verano, durante los cuales subieron, en general, los tipos de interés pagados por las empresas, según medios del sector. Para los expertos consultados, no hay, sin embargo, síntomas de que este fenómeno signifique una mejora de la actividad económica. Por el contrario, opinan que ha coincidido con la vuelta al estancamiento. Sus explicaciones se basan en que la aceleración de la inflación ha generado mayores necesidades financieras, en un momento proclive a variaciones estacionales.

En efecto, los sondeos sobre demanda de crédito realizados por dos grandes bancos en julio y agosto señalan que creció ligeramente la demanda de crédito por parte del sector privado. Ello contrasta con un retroceso de los indicadores de actividad económica, concretado en claras bajas de la industrial y algún avance en servicios y construcción.Paralelamente, pese a que las crecientes demandas de recursos por parte del sector público no provocaron racionamiento en las disponibilidades líquidas, existe la impresión de que los tipos de interés aumentaron. No tanto por el empuje de los mercados monetario e interbancario, cuyas alzas se dejaron sentir en los créditos de la banca extranjera, como por el encarecimiento de la retribución al ahorro.

Según datos del Banco de España y del Morgan Guaranty, recogidos por la Asociación Española de Banca Privada (AEB), de enero a marzo los tipos de interés de la banca comercial a corto plazo bajaron más de un punto (del 16,84% al 15,75%), para luego subir en abril al 16,19%. Una evolución similar registró, desde niveles siempre superiores, el descuento de papel a un año, mientras permanecieron prácticamente estables los tipos preferentes y máximos (en tomo al 17,45 y 20,87%, respectivamente).

Sin embargo, los datos de mayo y junio manejados en el Banco de España detectan un incremento de tres décimas a corto y en descuento, y algo inferior en los preferentes y máximos. En el mismo período, se tiene constancia de un alargamiento por los extremos: ha aumentado la entrega de créditos por debajo del preferencial y se han endurecido las condiciones para las empresas menos solventes.

Para julio y agosto, las impresiones recogidas apuntan al mantenimiento de esta tendencia, pues es compartida la poca sensibilidad, al menos inmediata, de los tipos cobrados a las empresas con respecto al mercado monetario y a las bajas de Estados Unidos y Europa, más relajadas al final del verano. De todas formas, el propio informe sobre la evolución monetaria, dado a conocer hace unos días por la AEB, reflejaba la posibilidad de que en verano se extendieran a las operaciones activas de la banca las tensiones del mercado monetario, a la vista de instrumentos de captación de ahorro con elevados rendimientos (pagarés y cédulas hipotecarias) y de las subidas de los tipos pagados por los recursos en la banca y cajas de ahorro, próximas a un punto en las diversas modalidades durante el primer semestre.

Más recursos que inversión

En cualquier caso, no hay un indicador global del coste del dinero para las empresas. Los últimos datos aceptados generalmente como representativos de inversiones y recursos acaban de ser proporcionados, hasta finales de julio, por los avances de balances del Consejo Superior Bancario. Revelan que las inversiones mejoraron algo en julio, si bien todavía en los siete primeros meses del año han crecido menos que en el mismo período de 1981. La captación de recursos, por el contrario, se ha moderado, aunque durante enero-julio su ritmo resultó superior, al parecer por la preferencia de las economías domésticas y de algunas empresas por inversiones sin riesgo y rentabilidad ya notable. El avance inversor ha discurrido por una doble vía: ganancia de protagonismo a la banca extranjera en la concesión de créditos y cierta apertura en la espita del descuento de papel a las empresas, cerrada desde hace un año.Así, el bache entre los aumentos de recursos y de inversiones bancarias típicas (créditos, efectos y títulos), próximo a los 300.000 millones de pesetas al terminar el primer semestre del año, se ha reducido casi una tercera parte hasta el 30 de julio. El incremento de la inversión en ese mes fue de 285.367 millones de pesetas (un 2,76%), mientras que el de los recursos se quedó en 202.888 millones (1,77% más). El desfase sigue siendo superior al de todo el año anterior (141.000 millones de pesetas), pero es menor si se comparan sólo los recursos ajenos y las inversiones, excluyendo los aumentos de capital, que requieren mínimos desembolsos.

El mayor crecimiento absoluto de los recursos ajenos se centra en los depósitos: 629.157 millones de pesetas en enero-julio de 1981 y 972.926 millones en el mismo período del presente año, con aumento del 10,45% hasta diciembre.

Cualitativa y cuantitativamente, sin embargo, son más destacados los cambios observados en las inversiones. El mayor se detecta en el descuento de letras: 60.590 millones de pesetas en julio. Al terminar junio las carteras bancarias de efectos arrojaban, con respecto a diciembre anterior, un saldo negativo de109.286 millones de pesetas.

Por el contrario, la financiación vía créditos puros, que supone la mitad de todas las inversiones bancarias (exactamente 5,4 billones de pesetas al terminar julio), alcanzó en los siete primeros meses un. aumento del 18,50%. Este porcentaje es todavía inferior al del año pasado por las mismas fechas: 18,50%. Pero en el verano de 1981 se empezaba a notar el descenso en el descuento de papel por parte de la banca a las empresas, al parecer influido por la limitación de comisiones que introdujo unos meses antes el Banco de España. En cambio, ahora esta fuente de financiación tiende a cubrir la parte que le corresponde, un tercio de la inversión bancaria en los últimos años.

El tercer capítulo inversor, la cartera de títulos, aumentó en julio 38.492 millones de pesetas; en los siete primeros meses acumuló sólo 90.815 millones de pesetas (6,25% de aumento sobre diciembre anterior). Aun así, lleva casi 10.000 millones de pesetas menos que en enero-julio 1981.

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