Un salto de exhibición
Antonio Corgos ofreció ayer, una vez más, una exhibición de sus portentosas facultades. El salto de longitud es una mezcla de técnica y explosión muscular del atleta. El campeón tiene que tener un buen talonamiento, un gran tono muscular para impulsar y unos riñones de caballo para hacer restallar como un latigazo su cuerpo en el aire y llegar lo más lejos posible. Corgos es un atleta de 8,50 metros. Su salto milagroso, precisamente por su juventud, está al caer.El saltador de longitud puede estallar en cualquier momento. Cualquier marca está a su alcance, siempre que reúna grandes condiciones, porque el cuerpo aún no está sometido al trabajo monótono de un entrenamiento, y es capaz de alcanzar marcas insospechadas. Luego, con el paso de los años, el talento natural deja paso al trabajo cotidiano y las marcas se vuelven más regulares, aunque lejos de lo que hubiera podido llegar en su juventud.
Corgos tiene unas condiciones de campeón nato. Mati, un masajista finlandés que trata a los mejores atletas del mundo, dijo que Corgos tiene un tono muscular muy superior al de Beamon. La explosión del español tiene que llegar en cualquier momento. Antes de que los problemas que tiene en los abductores le acaben por romper o que la monotonía de la técnica le lleve a superar regularmente los ocho metros, pero sin llegar nunca a marcas espectaculares. Ayer fue su día.
Antonio Corgos no realizó una serie de saltos muy regular puesto que sumé tres nulos, pero en el último supo estar en la linea de los atletas de gran categoria internacional.
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