José Marín, medalla de oro en los 20 kilómetros marcha
José Marín se proclamó ayer campeón de Europa en veinte kilómetros marcha, final disputada en la segunda jornada de los campeonatos que se celebran en Atenas. El marchador español se vio favorecido por la descalificación del campeón olímpico Damilano, a dos kilómetros de la meta. En otras pruebas, Domingo Ramón y Torres se clasificaron finalistas de 3.000 metros obstáculos, mientras que Sánchez Vargas, Alonso, Trabado, Vera y Benjamín González quedaron eliminados. De los cinco títulos puestos en juego ayer, España fue el único país occidental que ganó uno; la RDA se llevó tres y Rumanía uno.
"Si veo que voy a ser otra vez quinto, me retiro". Eran las palabras de José Marín antes de salir en la final de los veinte kilómetros marcha. Y es que el atleta ya estaba cansado de abonarse a ese puesto: quinto en los campeonatos europeos de Praga, en los Juegos Olímpicos y en los campeonatos del mundo. Ya el gran público no solo conocerá a Llopart, que era otra ambición que perseguía Marín. El oro de ayer le va a suponer mucha más popularidad que su plusmarca mundial de treinta kilómetros y también mucho más que la regularidad mostrada a lo largo de cuatro años. Ayer, a los 32 años, consiguió, por fin, vencer a las medallas olímpicas y a todos los que habían progresado de tal manera que le habían relegado al último lugar en la nómina de favoritos.Marín se pasó todo el verano entrenándose en México. Nada de competiciones, solo entrenamientos a gran altitud, volvió fumando un cigarrito después de las comidas, pero en una forma espléndida. En la final, de salida se sintió fuerte, y ya en la primera vuelta al estadio no quiso perder contacto con la cabeza, pese a los tirones de aquellos que no tenían ninguna posibilidad de vencer. Al poco rato, con el italiano Damilano, fue poniendo metros de ventaja. Faltaban dos kilómetros, Damilano tenía una diferencia de veinte metros, y Marín se sentía con fuerzas como para superarle todavía. Llegó entonces la descalificación del italiano después de una primera amonestación en el kilómetro diez. Marín se relajó. Pudo de esta manera saborear los ocho minutos que le faltaban para llegar al estadio, pensando en un triunfo que se le ha negado durante años. Medio kilómetro le separaba de sus rivales. Tras cruzar la línea de meta, dio la vuelta de honor cuando entraba en la pista el segundo clasificado. Este no fue capaz de alcanzarle, pese a ir Marín por la calle de fuera y respondiendo con saludos a los aplausos del público.
Tras el triunfo de Marín, que revalida el anterior de Llopart, y a la espera de la actuación de ambos, junto con Alcalde, en los cincuenta kilómetros del viernes, fecha en la que ha anunciado Jesús Hermida su llegada a Atenas, España se sitúa en primera línea de la marcha mundial. No ha sido una victoria aislada, ni tampoco un día afortunado. Los marchadores españoles llevan cuatro años manteniendo una alta regularidad y estando en ella no extraña que les toque a ellos subir al podio. Aunque Marín llore luego sobre él, porque suene una marcha real española, a mayor número de revoluciones, además, como ocurrió ayer cuando le proclamaron oficialmente campeón de Europa.
Otro español que desde los juegos olímpicos de Moscú está codeándose con la élite mundial es Domingo Ramón. Ayer en las semifinales de 3.000 obstáculos realizó el mejor tiempo de los participantes, 8.22.11, y corrió con tal sentido que debe ser el segundo español que gane una medalla en estos campeonatos. Torres corrió a su lado y aguantó el sprint, por lo que, pese a ser cuarto, se clasificó para la final del viernes con 8.24.08. Sánchez Vargas quedó eliminado al ser cuarto en su semifinal con 8.33.10, tras haber marcado el ritmo de la carrera y ser superado en la recta final.
Defraudaron en cambio los dos españoles sernifinalistas de los 200 metros. Ambos, en series distintas, corrieron mal, trompicados y encerrados; Trabado, 1.49.38, intentó la clasificación con un ataque largo, pero fue superado en velocidad por los atletas que supieron guardar fuerzas para el final; Vera fue una sombra y quedó último en su serie con 1.49.35; corrió con Coe, al que ni vio, que hizo el mejor tiempo, con 1.47.98. En cuatrocientos metros, igualmente mal Benjamín González, al margen de la superioridad real de sus rivales. Fue sexto con 47.00, pese a que corrió en la serie más rápida, ganada por el alemán federal Weber en 45.90, con lo que perdió la oportunidad de clasificarse por mejores tiempos. Y otro eliminado fue José Alonso en cuatrocientos vallas, último en su semifinal con 41.00; el mejor tiempo lo realizó Ackermann, con 49.30. En las finales disputadas ayer dominó el atletismo del Este.
El programa de hoy
Antonio Corgos inicia hoy su concurso en los europeos, compitiendo por la mañana en la calificación; el atleta se encuentra en buena forma y tendrá que saltar 7,80 metros para pasar a la final. En longitud hay inscritos 25 atletas de los que 14 han pasado esta temporada de 8,03 metros. Otro debutante será Heras en las series, también por la mañana, de 200 metros con muy escasas posibilidades de pasar a las semifinales de la tarde; su presencia en Atenas se debe mas que nada para formar el 4x4OO.En la jornada de hoy también se disputarán las finales masculinas de 800 metros y 400 vallas y finalizará el decathlon en el que Thomsom tiene ventaja sobre Hingsen de 114 puntos. Y las femeninas de 400, 800, disco y altura. Además habrá calificación masculina de peso, y semifinales de 400 y 5.000 con Moorcroft capitaneando a la larga nómina de atletas inscritos, en la que abundan los mejores del 10.000 del pasado lunes; y en categoría femenina, series y semifinales de 200 y 100 vallas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.