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Reportaje:

Valdepeñas, la capital del vino, no tiene agua

La ciudad de Valdepeñas, famosa en todo el mundo por sus vinos, es una de las poblaciones con mayor número de habitantes entre las que están padeciendo más intensamente los efectos de la sequía. Sus vecinos recuerdan ahora la catastrófica tromba de agua que cayó en la ciudad hace un poco más de tres años, cuando las aguas alcanzaron cerca de dos metros y medio de altura en las zonas más bajas y provocaron el fatídico saldo de veintidós muertos.Hace ya más de dos años que en la capital del vino, que cuenta con unos 30.000 habitantes, se vienen produciendo diversos cortes en el abastecimiento de agua potable a su población, provocados por las progresivas disminuciones de los caudales procedentes de captaciones subterráneas. Las restricciones se efectuaron incialmente sólo durante las horas nocturnas. Pero la situación empeoró desde el momento que comenzaron a proliferar como hongos los pozos particulares.

Al iniciarse 1981, el suministro regular era de tan sólo doce horas al día. En el verano de ese mismo año, las doce horas diarias pasaron a ser entre doce y catorce cada dos días, alternativamente. Y así hasta la actualidad, en que el problema se ha agravado hasta llegar a extremos alarmantes. Seis horas en días alternos, que en realidad no son más de tres horas efectivas, debido al tiempo que se pierde mientras llega el agua, logra coger presión y sube a los grifos de las viviendas. Aun así, este suministro convencional sólo llega a las zonas bajas de Valdepeñas, por lo que el abastecimiento de los barrios altos, así como de los bloques de pisos a partir del segundo, se realiza por medio de camiones-tanque del servicio de bomberos del Ayuntamiento, equipados con un motor que bombea el agua a esas zonas.

El primer camión-cisterna cargado de agua comenzó a pasearse calle por calle en marzo de 1981, con grifos incorporados. Lo enviaban desinteresadamente los servicios de Protección Civil. Con él daba comienzo al mismo tiempo el diario espectáculo de largas colas vecinales, tercermundistas, repletas de cubos, tinajas y otros recipientes, clamando en medio del desierto manchego. En poco tiempo llegaba para hacerle compañía una segunda cisterna, y así hasta nuestros días en que el Ayuntamiento viene haciendo uso diario de tres, con una capacidad de 30.000 litros cada una.

Además están siendo utilizados para hacer frente a la escasez de agua tres camiones-tanque contra incendios, de propiedad municipal, que almacenan entre los tres 19.000 litros. Por último, también se está empleando un camión perteneciente a los servicios de obras y construcciones municipales, que lleva incorporado un aljibe con capacidad para 12.500 litros. En total se distribuyen unos 726.000 litros diarios, muchos de ellos obtenidos merced a los diversos desplazamientos que realizan todos hasta algunos pozos particulares y a los depósitos municipales de las poblaciones vecinas de Manzanares y Viso del Marqués.

Un problema grave

En 1980 la corporación municipal intuyó que el problema comenzaba a ser grave. Los caudales subterráneos habituales se estaban secando, por lo que decidió, por medio del Intituto Geológico y Minero de España (IGME), realizar unos estudios sobre las aguas subterráneas de la zona de Valdepeñas, los cuales sensibilizaron bastante a los munícipes, que alarmados por ello encargaron un estudio sobre aplicación de aguas superficiales, de aluvión, que contenía diversos proyectos alternativos. Uno de ellos contó con el rápido beneplácito del Ministerio de Obras Publicas, el cual lo incluyó en el Plan Hidrológico Nacional.El proyecto consistía en construir una presa en el río Jabalón, a quince kilómetros de Valdepeñas. Esteban López Vega, alcalde centrista de la ciudad, enterado de la jugada, se apresuró a ir a Madrid el pasado mes de marzo a disuadir a la Administración del proyecto. "Tenemos informes muy negativos de este proyecto", ha declarado el alcalde, "pues las aguas del Jabalón transcurren con un índice de contaminación elevadísimo a causa de los vertidos de los alcantarillados de cinco pueblos de esta zona, y depurar todo eso supone unos gastos fijos y crecientes de mantenimiento muy elevados, que un ayuntamiento modesto como el que presido no puede costear".

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Al final, el MOPU se avino a reconsiderar la propuesta que en su día aprobara el pleno de la Corporación unánimemente, aun a sabiendas de que no era una solución a corto plazo, y al que asistieron los técnicos del proyecto.

El proyecto contempla la traída de aguas desde el río Fresneda, afluente del Guadalquivir, a su paso por la localidad de Viso del Marqués, a unos treinta kilómetros de Valdepeñas. La construcción de la presa, que tendrá una capacidad de diez millones de hectómetros cúbicos, no es que sea una solución absolutamente definitiva, sino más bien se considera a medio plazo. El coste total evaluado de la operación asciende a 670 millones de pesetas, por lo que ha de ser aprobado en un próximo Consejo de Ministros.

Antes quedan por ultimar dos trámites fundamentales, que son la concesión de aguas y establecer el concierto de auxilio con la Administración. "Requisitos ambos", precisa el alcalde, "que esperarnos tener solucionados en pocas semanas. De esta forma, el MOPU se ha comprometido a aprobarlo, y esperamos que antes de que termine septiembre salga publicada en el Boletín Oficial del Estado la subasta para adjudicación de las obras". El alcalde señala que el Ayuntamiento de Valdepeñas también ha pedido al Ministerio urgencia en la adjudicación de las obras, y que el plazo de tiempo de realización de las mismas sea el menor posible. Le agradaría que todo estuviese terminado antes de dos años.

El Ayuntamiento pretende que en el concierto económico que en breve se dispone a pactar con el MOPU y la Diputación de Ciudad Real, el Ministerio aporte entre el 70% y el 80% del total de los 670 millones, y el resto; a partes iguales, entre la Diputación Provincial y el propio Ayuntamiento. Mientras todo esto llega, el municipio no ha parado en el empeño de encontrar agua, aunque sea solamente para paliar transitoriamente el problema.

Apertura de pozos

El Ayuntamiento ha colaborado activamente en la apertura de pozos infrautilizados en algunas industrias, en baños públicos, en piscinas y en casas particulares, así como en el análisis sanitario de sus aguas, para evitar así un posible colapso económico en las fábricas de embotellamiento de vinos, que necesitan del agua primariamente, en una ciudad en la que se embotellan al año del orden de 190 millones de unidades.Desde hace tres meses, el Servicio Geológico del Ministerio de Obras Públicas por su parte, ha iniciado una segunda ronda de prospecciones, seis en total, a escasos kilómetros de Valdepeñas, de las que hasta la fecha tres han dado resultado satisfactorio y arrojan cada una de ellas 75.000 litros a la hora. Para ultimar esta operación, ideada a corto plazo, se están construyendo a buen ritmo las franjas por las que transcurrirán las tuberías que enlacen con la ciudad, para lo que antes ha sido preciso indemnizar a varios propietarios de terrenos de cultivo, los cuales han ofrecido solidariamente parte de sus tierras por los intereses de toda la población.

En lo que respecta a las derivaciones sanitarias provocadas por la sequía, no se ha presentado hasta ahora ninguna afección ni intoxicación de tipo alguno, pues la inspección sanitaria municipal ha incrementado ostensiblemente su control. Analiza diariamente todo el agua que se está suministrando a la población y limpia con bastante frecuencia las cisternas del suministro.

López Vega calcula que el consumo de vino en la ciudad ha debido de aumentar coincidiendo con este período de sequía más acusada, y hasta cierto punto le parece lógico.

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