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El Mundial de Baloncesto de Colombia, un éxito deportivo / y 2

El equipo español, al borde del límite

La selección de Díaz-Miguel ha conseguido, por primera vez, el cuarto puesto en un mundial. Por delante, los equipos de la Unión Soviética, de Estados Unidos y de Yugoslavia. España ha llegado al límite. Ahora todo consiste en codearse con esos tres grandes equipos, es decir, en mantener la categoría y el nivel de calidad. En Cali, su clasificación y su juego hay que calificarlos con buena nota. Todos los jugadores han rayado a buena altura y en momentos comprometidos.

ENVIADO ESPECIALDesbancar a los tres grandes de los primeros lugares es una tarea muy difícil que hasta hace bien poco se trataba de un sueño, pero, demostró con su triunfo ante Estados Unidos, y en el último encuentro con Yugoslavia, que está en condiciones de hacerlo pese a que por ahora aún es inferior. El juego desplegado por la selección, salvo en su primer partido con Yugoslavia, ha sido bueno, dejó ver algunas lagunas e indudablemente puede mejorarlo. Frente a Estados Unidos rindió a satisfacción, quizá a tope, pero en el deporte no todos los días se puede. batir un récord ni siquiera mejorar tu propia marca.

El equipo español ha mejorado en todos los aspectos y arriesga más que antes, sobre todo cuando tiene el marcador en contra, que se hace más necesario. Todos de la mano de Díaz-Miguel han evolucionado y el técnico incluso ha cambiado de mentalidad. Ha sabido ponerse al día en todo, aunque técnicamente ya lo estaba. El ambiente, por más trapos sucios que se quieran sacar es inmejorable.

La defensa, gran preocupación de Díaz-Miguel, ha subido muchos enteros, en forma y en eficacia. Los hombres jóvenes se han incorporado al equipo de tal forma que ya son mayoría.En ataque falta un poco de disciplina y de ordenar bien las ideas. El análisis de la actuación de los jugadores es el siguiente:

Brabender. Vino aquí sabiendo que se retiraba y esto siempre influye. Lo hace en buen momento. Los jóvenes aprietan demasiado. Cumplió el cometido que traía como jugador y como capitán dentro y fuera de la cancha.

Costa: No brilló como otras veces. Con tres bases y con un equipo de la talla del español. es muy dificil aparecer como un director absorbente.

Sibilio: Se hace poco menos que imprescindible en el equipo. Hace de todo y bien, pero cabe exigirle aún más por la clase que tiene. Realizó un buen torneo y ha sido pieza indispénsable en el engranw je del conjunto. Su seguridad en el tiro y en rebote ofensivo, lo mejor.

Margal: Sería injusto enjuiciarle porque ha jugado muy poco.

Jiménez: A sus veinte años ya se ha asegurado un sitio en la selección. Su papel fue muy difícil porque siempre salió a la cancha cuando la situacion era complicada. Cumplió con creces y sorprendió a más de uno, pese a la magnífica temporada que había hecho. No se arrugó nunca y jugó con la soltura de un veterano. Muy bien.

Romay: Bien. Ha encontrado su sitio y ha entendido perfectamente cual es su cometido y lo lleva a cabo con mucha eficacia. Fundamental bajo los aros, hace incómodas las penetraciones a los rivales. Taponó bien y aprovechó casi todos los balones en ataque.

F. Martín: El mismo se había colocado el listón muy alto. Y como consecuencia se le ha exigído demasiado. De cualquier forma, estuvo irregular, pero siempre dentro de un tono muy aceptable. Frente a EE UU lo bordó y redondeó una soberbia actuación. Tiene 20 años.

Corbalan: Rayó a buena altura, aunque salvo en dos o tres partidos no anduvo tan fino como otras veces. Su calificación tiene que ser al menos de notable, pero también al base madridista se le exige mucho. Debe mandar un poco más en el campo. Ya habla de su retirada.

Solozábal: Su inteligencia y visión del juego obligan a Díaz-Miguel a llamarle una y otra vez. Casi siempre sale a la cancha en miomentos no solo delicados, sino decisivos y siempre ha resuelto la papeleta. Dirige muy bien e incluso si hace falta da órdenes. 24 años.

De la Cruz: También es de los que habitualmente tiene qué bailar con la másfea. Y lo hace con generosidad y entusiasmo. Cumple un papel importante dentro del equipo y cuando hace falta da la cara para resolver las situaciones.

Iturriaga: Ha jugado muy poco. Los minutos que estuvo en la cancha los aprovechó bien, pero él de momento no está aprovechado. Es difícil que juegue mucho más pero puede esperar.

Epi: Buena nota para él, pero podía haberla mejorado. Tardó en encontrarse y sufrió algún altibajo. El número quince tardará muchos años en moverse de su camiseta. Tira, defiende, contraataca y rebotea y todo lo hace bien.

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