Unispace 82 pide mayor colaboración internacional en la investigación meteorológica
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Espacio, Uniespace 82, reunida en el palacio de Hofburg, en Viena, hizo público ayer un comunicado en el que señala la necesidad de una cooperación internacional en el campo meteorológico. Los congresistas han coincidido en señalar la importancia de los intercambios de informaciones meteorológicas entre las naciones, especialmente a través del canal del sistema de recogida de datos de la Organización Meteorológica Mundial, OMM.
Actualmente, las informaciones meteorológicas son recogidas por cuatro satélites en órbita geoestacionaria sobre el ecuador (el Meteosat europeo, el GMS japonés, los dos GOES americanos y el Insat de la India, aunque este último está aún en fase preoperacional) y por los sistemas de satélites polares (uno, americano, el NOAA, y otro, soviético, el Meteor), que evolucionan a una altitud de entre 800 y 900 kilómetros. De esta forma los especialistas de la OMM o de los respectivos servicios meteorológicos nacionales pueden obtener en cualquier momento información sobre cualquier perte del globo, bien a través de una fotografía convencional o de imagen térmica obtenida mediante infrarrojos.Mediante estas imágenes los especialistas consiguen datos para establecer previsiones meteorológicas que se difunden por emisoras de radio y televisión, así como por los diarios. Sin embargo, una imagen de satélite no es suficiente para establecer las predicciones, ya que ésta debe ser necesariamente complementada mediante información recogida in situ sobre temperatura, presión atmosférica, dirección y velocidad del viento, grado de humedad del aire, etcétera. Solamente reuniendo todos estos datos más las imágenes de satélite y suministrando la información a un ordenador es posible obtener las previsiones necesarias.
Pese a que la cobertura del planeta es total mediante satélites, las grandes zonas oceánicas (Pacífico, Atlántico. e Indico), esenciales en meteorología, son todavía mal conocidas. Y a pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años para multiplicar las fuentes de información (globos errantes, barcos y aviones provistos de captadores de información), las estaciones terrestres encargadas de recibir los datos son aún defectuosas e insuficientes. La conferencia de Viena sobre utilización pacífica del espacio ha decidido, por otra parte, no pronunciarse sobre la utilización de la órbita geoestacionaria, por sus implicaciones políticas y militares y ha propuesto que la Unión Internacional de Comunicaciones reparta las frecuencias y emplazamientos de los satélites alrededor del planeta.
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