Recuperación entre comillas
Tras las penurias de las jornadas anteriores, las bolsas españolas han reaccionado con cierto "brío", que por el momento hay que entrecomillar y someterlo a severa observación, produciéndose avances de cierta consideración en los sectores industriales de la mano del grupo químico, mientras que los bancos se ¡decidieron a otorgar un voto de confianza al aparente cambio de rumbo adoptando posturas menos estridentes y alcanzando como resultado final un cuadro en el que predominaban las repeticiones, entre las que se intercaló algún que otro avance.La opinión que prevalecía entre los especialistas, tina vez concluido el turno de operaciones, era que las fuerzas vivas del mercado pueden estar planteando un mini agosto a la mejor usanza de los viejos tiempos. Los recortes acumulados en las últimas semanas, de los que sólo escaparon los valores bancarios y, ello gracias a la grotesca aprobación que diseñaban sus cuidadores, puede servir como punto de referencia a una pequeña reacción técnica, que de contar con apoyos suficientes puede incluso llegar a cuajar.
En cualquier caso, esto es importante resaltarlo, lo visto ayer por la mañana en la sala de contratación de las Bolsas no permite aventurar un pronóstico definitivo. Las reuniones de hoy pueden resultar especialmente esclarecedoras, y si se confirma, según se apuntaba ayer en el mercado, que la necesidad de autorización administrativa previa para adquirir euro-bonos puede tener un efecto balsámico sobre el mercado, no tanto por el dinero que llega, como por el que no se vaya, quizás las bases de este proyecto de reacción, comiencen a resultar más sólidas.
En cualquier caso también hay que tener en cuenta que los propios bancos, cuyos saldos ayer invirtieron en el mercado madrileño apareciendo unos restos compradores de 95.000 títulos, deben tener un notable interés en que la recta final del mes de agosto resulte algo más favorable que la primera quincena.
Ahí están por ejemplo las ampliaciones de capital del Hispano, ya anunciada para los primeros días de septiembre, 31 las de Santander, que aunque en principio presente menos incentivos para los operadores a corto plazo al realizarse mediante un simple incremento en el nominal de sus títulos, lógicamente deben pretender un clima más distendido para que el efecto negativo que representa el descuento del importe de sus derechos de suscripción no envíe el precio de las acciones a unas cotas excesivamente incómodas.
Pero todo esto, corresponde al mundo de la fantasía bursátil. La realidad, y como tal mucho más cruda, es que los avances de ayer se situaron sobre valores de segunda fila, fáciles de manipular, mientras que el buen ambiente con el que se inició la contratación de las eléctricas fue poco a poco diluyéndose hasta, Regar a los cierres presentando claros síntomas de agotamiento y unos equilibrios, que en muchos casos, resultaban artificiales.
Otro tanto se podría decir de los valores del sector bancario, donde únicamente el Santander contaba con una demanda calificada de sorprendente por los especialistas y que alcazaba los 113.051 títulos -de saldo comprador en el mercado madrileño, a la vista de lo cual sus responsables optaron por no marcar cambio señalando posición de dinero sin operaciones al 271%, seis enteros por encima de su último precio. Central y Popular fueron las otras dos entidades cuyos saldos se decantaban por el lado de la demanda.
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