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El cultivo de marihuana se ha convertido en el cuarto negocio agrícola de Estados Unidos

El negocio del cultivo ilegal de marihuana ha alcanzado en Estados Unidos dimensiones espectaculares, hasta llegar a convertirse en el cuarto cultivo del país por su importancia económica, una vez comercializada la yerba. El semanario estadounidense Time ha publicado recientemente un reportaje en el que analiza el fenómeno, que afecta, desde el punto de vista del consumo, a veinticinco millones y medio de fumadores norteamericanos de droga blanda.

San Fernando Ed, de treinta y cinco años, se paseaba respirando el fragante aire de la noche californiana y pensaba en los beneficios que le reporta ser un próspero granjero. Entre sus beneficios se encuentran dos automóviles Porsche, un Datsun, tres camionetas de doble tracción, una vivienda en la cima de una colina al norte de California, una casa de tres habitaciones, cerca de la playa de Los Angeles, y un refugio de vacaciones en Hawai. Después abrió una bolsa de plástico y examino una muestra de la cosecha que le había proporcionado su fortuna, de cerca de un millón de dólares (110 millones de pesetas): marihuana.Según parece, San Fernando Ed no es un caso aislado. La producción ilegal de yerba representa el cuarto cultivo en importancia económica del país. Los representantes de la justicia afirman que sigue directamente, en valor de mercado, al maíz, la soja y el trigo. El pasado año se estima que el valor de la cosecha de marihuana en la calle alcanzó la cifra de 8.500 millones de dólares (935.000 millones de pesetas); en más de treinta Estados, los cultivadores ilegales han obtenido cosechas valoradas en unos cien millones de dólares (11.000 millones de pesetas), por lo menos.

California, a la cabeza

Encabeza la lista la cosecha de California, valorada en 1.500 millones de dólares (165.000 millones de pesetas), precio de venta al detalle, cifra casi increíble pero evidenciada por evaluaciones bien documentadas. Hawai está en segundo lugar; su cosecha de 750 millones de dólares (8.000 millones de pesetas), rivaliza en valor de mercado con las cosechas de caña de azúcar y de piña. En Oklahoma, la cosecha de 350 millones de dólares (38.000 millones de pesetas) está a muy poca distancia de la de trigo. En Kentucky y Tennessee, con unos doscientos millones de dólares cada uno (22.000, millones de pesetas), el cultivo de yerba ha desplazado a los licores clan destinos de su puesto preferente en el mercado ilegal. La recolección de la cosecha del presente año comenzará en agosto y septiembre y los expertos predicen que será excepcional. Bill Keester, de la policía del Estado de Oklahoma: "Este año nos ha caído la bendición de unas buenísimas cosechas en todos los cultivos. Desgraciadamente eso significa tanto una gran cantidad de marihuana como de trigo".

Cultivos por todas partes

Los representantes de la justicia, sobrecargados de trabajo, han encontrado cultivos de yerba en todas partes: entre el maíz, en lowa; en estrechas hileras a lo largo de los bancos de los Ozarks; en claros, en las explotaciones forestales de las grandes compañías, e incluso en terrenos públicos. Ernie Anderson, director del Servicio Forestal, dice: "Hemos recibido información sobre cultivos de marihuana en casi todos los 154 bosques y praderas nacionales".La rentabilidad del cultivo de marihuana ha atraído no solamente a los hippies residuales de los años sesenta, sino también a profesionals con alto nivel de estudios, incluidos abogados y corredores de bolsa, a obreros parados y a agricultores con dificultades económicas. Sin embargo, son pocos los aficionados que plantan "a ver lo que sale". Un oficial de policía de Kansas dice: "La mayoría de los cultivadores de esta parte tiene mucho orgullo, conocimientos y una titulación agrícola". No son muchos los que muestran remordimientos sobre la ilegalidad de sus actos. Según un agente del Departamento de Estupefacientes, "la gente no considera que el cultivo de marihuana sea algo realmente malo, aunque es ilegal".

El negocio empezó a florecer a finales de los años setenta, cuando la Administración Nixon presionó a México para que rociara sus cosechas de yerba con paraquat un potentísimo Producto herbicida. Los fumadores de Estados Unidos, asustados ante el peligro potencial de alguna lesión pulmonar causada por la contaminada planta mexicana, se dedicaron al cultivo propio.

Granjeros expertos en el ocultamiento

Las policías locales a menudo son reacias a arrestar a los cultivadores, especialmente cuando se trata de comunidades que dependen del producto de la yerba. En algunos casos informan a los plantadores de la posibilidad de que se esté preparando una batida. Los plantadores se han hecho expertos en el arte de ocultar sus cultivos a las inspecciones aéreas. Un granjero de Kentucky cultiva marihuana en plataformas con ruedas, que puede trasladar al granero tan pronto oye el motor, de una avioneta.Las autoridades norteamericanas reconocen que intentan solamente requisar entre el 5% y el 10% de la cosecha nacional. El Departamento de Estupefacientes (DEA) afirma que la labor resultaría mucho más eficaz si los campos de marihuana descubiertos se rociaran con paraquat. El Estado de Florida, aparentemente de acuerdo, ha anunciado que pulverizaría el herbicida en algunas plantaciones. El plan de Florida provocó inmediatamente una serie de editoriales contrarios en los periódicos locales.

Washington ha presionado a Colombia para que rocíe con herbicida sus cultivos de marihuana, pero ese país se niega a hacerlo hasta que Estados Unidos haga lo propio con los suyos. Incluso si Estados Unidos empieza a utilizar el paraquat, muchos expertos gubernamentales temen que la producción doméstica de marihuana haya alcanzado tal límite que sea imposible cortarla radicalmente a estas alturas. Un inspector del DEA dice desanimado: "A veces tengo la impresión dé que estamos tratando de imponer la prohibición".

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