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La suspensión de pagos de AEG afectará a más de 400.000 trabajadores de la República Federal de Alemania

La suspensión de pagos de AEG-Telefunken, uno de los gigantes de la industria de la República Federal de Alemania, se ha convertido en un drama nacional, que afecta directa o indirectamente a más de 400.000 personas, ya que no solamente se verán perjudicados los 120.000 trabajadores del grupo sino otros 130.000 empleados por la industria auxiliar y más de 155.000 pequeños accionistas.

La crisis del gigante electrónico alemán AEG ha dado una vuelta de rosca más con la solicitud de suspensión de pagos presentada el lunes y que ha provocado gran alarma en medios económicos y laborales de este país. La medida de urgencia, con la que se ha querido evitar in extremis la declaración de quiebra, constituye una solución acordada, por la cual AEG se compromete a devolver íntegramente las deudas inferiores a 10.000 marcos y hasta el 40% de las que superen esa cantidad.La noticia fue recibida con manifestaciones y paros espontáneos de protesta en diversas fábricas de este consorcio, que se ha convertido, en sus cien años de existencia, en símbolo de la presencia de la industria alemana en el mundo. Unas 12.000 personas pueden pasar los próximos meses a engrosar las ya abultadas filas de parados de la República Federal de Alemania como consecuencia del saneamiento anunciado por el presidente del consejo de administración de AEG, Heinz Duerr. Sí se considera la plantilla global de las fábricas del consorcio repartidas por todo el mundo y se suma unas 120.000 personas, el número de puestos de trabajo eliminados no será inferior a 20.000, según las previsiones más optimistas.

Como contrapunto a tan desolador panorama, las acciones de AEG, que ayer fueron retiradas provisionalmente de los mercados de valores, han vuelto a negociarse hoy en la Bolsa de Francfort. En la jornada de ayer, su cotización cerró a veinticuatro marcos, frente a los 27,8 registrados al cierre de la sesión del viernes. La suspensión de pagos, que Duerr calificó de inevitable para la superviviencia de AEG, no afectará, sin embargo, a Telefunken, que ha llegado a un acuerdo con su hasta ahora principal rival, Grundig, por el que esta última se encargará de la dirección empresarial de aquélla a partir del próximo año. Tampoco se verán afectadas Olympia Werke, fabricante de máquinas de oficina, y AEG Kanis, que suministrará el próximo septiembre las primeras turbinas destinadas al gasoducto eurosiberiano, cuya construcción, con ayuda tecnológica europea occidental, trata de boicotear Washington.

La nueva AEG se concentrará en adelante en la producción de bienes de equipo (alta frecuencia, energía, construcción naval), sector en el que el consorcio ocupa desde hace años una posición dominante, según afirmó Heinz Duerr. La cifra anual de negocios prevista de este sector, que dará trabajo, como anunció el presidente de AEG, a unas 60.000 personas, oscilará en torno a los 8.000 millones de marcos. En contra de lo inicialmente previsto, AEG tendrá que afrontar sola el desafío tras el fracaso de las negociaciones con la empresa británica General Electric y con el consorcio estadounidense United Technology.

Mientras tanto, el Gobierno de Bonn ha reiterado su compromiso de conceder a la AEG Telefunken avales a la exportación por un importe de seiscientos millones de marcos y estudiará su posible elevación hasta mil millones. También el principal acreedor de AEG, el Dresdner Bank, ha asegurado su apoyo a los planes de saneamiento de Duerr, y se espera que el consorcio bancario que se ha venido ocupando del caso ponga nuevos fondos a disposición de las empresas del consorcio.

En la conferencia de prensa que siguió al anuncio de la suspensión de pagos, Duerr se negó a revelar, sin embargo, a cuánto ascendía la inyección económica prometida por los bancos, como tampoco quiso explicar cuál había sido el importe exacto de las pérdidas acumuladas durante el primer semestre del año.

Repercusión en España

Por otra parte, fuentes de la dirección de AEG-Telefunken de Madrid manifestaron a Europa Press que el término suspensión de pagos adoptado por algunos medios informativos españoles para calificar la situación de AEG no es exacto, ya que la traducción literal del vocablo alemán original es solicitud de conciliación."Este procedimiento", añadieron las citadas fuentes, "es absolutamente distinto de lo que en España se entiende por suspensión de pagos, ya que consiste en una reunión entre la dirección de la empresa y los acreedores, bajo el arbitrio de una autoridad, a fin de lograr una posible reducción en las cuotas de amortización de créditos o un aplazamiento, nunca suspensión, en el pago a los acreedores".

"En España", añadieron las fuentes consultadas por Europa Press, "la suspensión de pagos supone casi siempre una quiebra encubierta, y la solución suele posponerse al menos dos años. En la República Federal de Alemania, una solicitud de conciliación puede durar unos catorce días, al cabo de los cuales la situación queda arreglada".

En relación con las posibles repercusiones de esta situación sobre la sociedad española AEG-Telefunken, las fuentes consultadas por Europa Press señalaron que no existe motivo alguno de preocupación, ya que el Consejo de Administración de AEG en la RFA ha asegurado la cartera de pedidos en todas las filiales de la empresa situadas fuera de suelo germano.

"AEG-Telefunken de España", aseguraron dichas fuentes, "está integrada en la multinacional del mismo nombre, cuya situación financiera es sana y rentable en la actualidad, por lo que la situación de AEG en la República Federal de Alemania no influirá para nada en sus pedidos presentes ni en sus proyectos futuros".

Sin embargo, cerca de los ochocientos trabajadores que integran la totalidad de la plantilla de AEG en Tarrasa podrían verse afectados de inmediato por la suspensión de pagos presentada por la empresa madre alemana, según ha señalado a Efe: un portavoz del comité de empresa, quien agregó que, por el momento, y debido al período vacacional, no han recibido ninguna notificación oficial al respecto. La misma fuente ha precisado que se trata de un motivo de grave preocupación y que podría tener graves repercusiones en el Vallés.

Actualmente, 250 trabajadores de la factoría se encuentran en suspensión de contratos hasta fin de año, debido a la reestructuración de una sección dedicada a la fabricación de motores.

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