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AEG presenta suspensión de pagos, en un desesperado intento de evitar la quiebra, mientras busca nuevas fuentes financieras

El grupo AEG, uno de los gigantes industriales de la República Federal de Alemania, ha solicitado la suspensión de pagos en un desesperado intento de evitar la quiebra, según anunció ayer su consejo de vigilancia, quien ha precisado que la medida permitirá buscar medios financieros para realizar la reestructuración del grupo, continuar la producción y mantener el empleo. La crisis de AEG, segundo productor alemán de material eléctrico, que afronta unas deudas de 5.000 millones de marcos (unos 225.000 millones de pesetas), podría poner en apuros a sus filiales, aunque un comunicado de AEG-Telefunken de España señala que sus actividades no están afectadas y que "tanto la producción como los suministros quedan garantizados en su volumen total. Asimismo se garantiza el exacto cumplimiento de todos sus compromisos financieros".

Las bolsas alemanas de valores se vieron ayer sacudidas por la crisis que atraviesa la compañía AEG y que motivó la retirada provisional del mercado de sus acciones. Estas no volverán a negociarse, según se anunció ayer en Francfort, donde el índice general, VWD, descendió 2,13 puntos, hasta que se logre la estabilidad del consorcio, gravemente amenazado por la falta de liquidez. Mientras tanto, Heinz Duerr, presidente de AEG, segunda empresa en importancia del sector electrónico alemán, después de Siemens, busca desesperadamente, en Norteamérica, un nuevo socio, tras el fracaso de las negociaciones con el consorcio británico General Electric.

Se sabe que Duerr ha celebrado conversaciones con directivos de United Technologies (UTC), encaminadas a una participación de esta última en todo el sector técnico de AEG. Sin embargo, lo único que parece haberse concretado, hasta el momento, es la fundación de una empresa común, que se llamará Telefunken-Bau Elemente, y que se dedicará a la fabricación de piezas electrónicas.

United Technologies incluye empresas tan importantes como Pratt and Whitney (motores a reacción), Sikorsky (helicópteros), Otis (ascensores) y Carrier (aparatos de aire acondicionado).

Según el diario económico alemán Handeisblatt, no es probable, por el momento, que UTC haga una declaración de intenciones sobre si su participación en AEG se realizará en las mismas condiciones propuestas por General Electric.

Ayuda estatal

En cualquier caso, los sindicatos insisten en que AEG no podrá salvarse sin la ayuda directa o indirecta del Estado. Recientemente, el Gobierno, por lo que pudiese tener de precedente, se comprometió a concederle determinados avales a la exportación, siempre que un consorcio bancario aportase, al mismo tiempo, nuevos créditos. Pero los bancos vacilan en dar ese paso, debido a los riesgos de la operación.

Según los sindicatos, las cantidades que tendría que desembolsar el Estado para sacar nuevamente a flote al consorcio serían, inferiores a las repercusiones negativas sobre el fisco de una eventual quiebra de AEG.

Siendo el consorcio una imagen de marca de la industria alemana en el exterior, como puede serlo Wolkswagen en el sector del automóvil, el daño que causaría una declaración de insolvencia de AEG al prestigio de este país sería incalculable.

Con un volumen mundial de ventas de 14.800 millones de marcos (unos 666.000 millones de pesetas), AEG emplea a unos 125.000 trabajadores, tanto en la República Federal de Alemania como en distintos países del mundo, entre ellos España. AEG-Telefunken de España controla nueve empresas con una plantilla total de 3.131 personas y una facturación superior a 20.000 millones de pesetas. En la tarde de ayer emitió un comunicado en el que señala: "Las actividades de todas las empresas pertenecientes al grupo en España no están afectadas", y que "tanto la producción como los suministros quedan garantizados en su volumen total. Asimismo se garantiza el exacto cumplimiento de todos sus compromisos financieros".

La crisis del consorcio se produce, además, en un momento especialmente difícil de la economía alemana, caracterizado por un aumento del desempleo, que, si se cumplen los pronósticos de recesión, puede alcanzar este mismo año la cifra récord de dos millones de personas.

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