400 propietarios se sienten engañados por el promotor de una urbanización en el Mar Menor
Unas cuatrocientas familias, la mayor parte de ellas -casi trescientas- de Madrid, están preparando una serie de acciones legales contra el promotor de la urbanización Los Pozuelos, el ex alcalde de San Pedro del Pinatar, José Ballester González, por considerar que no ha cumplido el contenido del contrato firmado cuando compraron los chalés.
Los propietarios, que vienen exteriorizando sus protestas por medio de manifestaciones en la Prensa y octavillas, se sienten "engañados" y comentan que "en un país como el nuestro no puede permitirse que se sigan produciendo estas situaciones".La urbanización se encuentra a orillas del Mar Menor, junto a la ciudad del Aire, y está formada por unas cuatrocientas viviendas, vendidas hace unos dos años a precios que oscilaban entre el millón y medio y los dos millones de pesetas, según el número de habitaciones.
Según la información que se les facilitó a los compradores al adquirir estos chalés, la urbanización estaba "totalmente asfaltada, con alcantarillado, agua, luz y más de 40.000 metros cuadrados de zonas verdes". Pero lo cierto es que en el momento presente no existe la red de alcantarillado, las calles están totalmente rotas por un deficiente asfaltado y cuando llueve quedan convertidas en auténticas lagunas.
Por lo que respecta, a los 40.000 metros cuadrados de zonas verdes, tampoco existen, ya que se trata sólo de terrenos en los que no crece ninguna planta y que están convertidos en vertederos de escombros y basuras.
Señalan los afectados que, por parte del promotor, se intentó que firmaran unos estatutos según los cuales percibirían alrededor de 20.000 pesetas en metálico a cambio de comprometerse a realizar ellos el alcantarillado, cosa a la que se negaron. Este extremo lo niega rotundamente el promotor, quien afirma: "No comprendo de quién ha podido salir este comentario tan incierto".
En cuanto a las aceras, los vecinos dicen que son insuficientes, y respecto a los jardines de que deberían ir dotados los chalés, manifiestan que a la hora de ir a firmar las escrituras se encontraron con la sorpresa de que en las mismas no figuraba lo que en el contrato, de tal forma que sólo se hacía constar en ellas la vivienda, sin incluir ni el porche, ni el patio ajardinado. Al percatarse de este detalle, la mayor parte de los vecinos se negaron a firmarlas, si bien otros, que no lo advirtieron, y que se calcula en un 15%, sí estamparon su firma.
El no incluir el patio ajardinado en la escritura se interpreta por los compradores como una "inteligente y astuta maniobra" del promotor para conseguir así la superficie total de zona verde que le exige el Ayuntamiento, según el volumen de lo construido. Se trata de sumar las zonas verdes particulares a las comunitarias para dar así con la cifra que exige la ley.
En resumen, los propietarios de los chalés están preocupados, principalmente porque, si las cosas no encuentran solución y si quieren, seguir viviendo en Los Pozuelos, van a tener que hacer frente al alcantarillado, bocas de riego, asfaltado de calles, zonas verdes, etcétera. Pero, como es obvio, antes quieren obligar al promotor a que haga frente a todas estas realizaciones. De momento, prefieren seguir agotando su paciencia, si bien algún propietario ya ha presentado en el juzgado la oportuna denuncia.
Ballester lo niega todo
Para el promotor de Los Pozuelos, José Ballester, todo lo que tenía que hacer lo ha hecho y las deficiencias que puedan encontrarse hoy en la urbanización no se deben a él."La urbanización funciona bien", afirma Ballester González, "y todo lo hecho en ella es perfectamente legal". Asegura que las zonas verdes están todas realizadas, pese a que la realidad demuestra claramente lo contrario.
Según él, la red de alcantarillado está construida, y en cuanto al asfaltado de las calles, el deficiente estado actual lo atribuye a que "durante estos años han pasado por Los Pozuelos camiones de mayor tonelaje del permitido; ante esto, ni yo tengo la culpa ni puedo hacer nada".
En concreto, para el promotor no hay el menor problema. Todo está en regla y se están colocando las últimas baldosas de algunas aceras para que la urbanización sea entregada en breve al Ayuntamiento.
Opinión bien distinta es la de los propietarios afectados, que vienen sufriendo, desde hace dos años, unas deficiencias que nada tienen que ver con la urbanización de lujo que les mostraron ante sus ojos a la hora de firmar los oportunos contratos de compra.
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