Los países socialistas deben a Occidente más de 85.000 millones de dólares
En el mismo momento en que la guerra económica entre los Estados Unidos y los aliados de Europa occidental se acentúa a causa de las diferentes maneras de enfocar las relaciones comerciales con la Unión Soviética, los países del área comunista del Este europeo soportan situaciones financieras desastrosas. Desde hace varias semanas se multiplican las negociaciones entre los representantes de estos países y los de los gobiernos y bancas occidentales, que son los acreedores más importantes de los aliados de Moscú. La deuda total de la URSS y de los demás pueblos del Este es de 85.000 millones de dólares.
Sólo dos países comunistas escapan relativamente al endeudamiento con los gobiernos y bancos del mundo capitalista: Checoslovaquia y Bulgaria. La primera, porque ha interrumpido sus intercambios con el Oeste, como consecuencia de su declive industrial. La segunda, porque no comercia sustancialmente con Occidente.Los países más afectados por el dramático fallo de su tesorería son Polonia y Hungría. Pero incluso uno de los países más prometedores en tiempos no lejanos, la República Democrática Alemana (RDA), tiene una deuda exterior de 13.000 millones de dólares que debiera, en su mayor parte, devolver este año, sin que los bancos del Oeste sepan aún si ello será posible, debido a sus dificultades persistentes.
Hungría, que hasta no hace mucho inspiraba confianza, afronta una deuda de cerca de 8.000 millones de dólares.
Incluso la Unión Soviética se ha inquietado por la gestión desarrollada últimamente por los húngaros y ha retirado sus fondos depositados en Budapest. Recientemente, este país se hizo miembro del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ello le ha facilitado la concesión de algunos créditos en el mercado occidental.
Polonia, caso extremo
El caso polaco es el más dramático. Los representantes de más de quinientos bancos del área capitalista estudian, en estos momentos, el problema que les plantea el país del general Jaruzelski, cuyas deudas de tesorería ascienden a unos 26.000 millones de dólares. Al cabo del año en curso, de esa cantidad deberían devolver 7.000 millones de dólares de principal y 3.000 millones de intereses.De estos 7.000 millones, 5.000 fueron prestados por un grupo de países de Europa occidental: la mitad por estados y la otra mitad por bancos de esos mismos países. Las condiciones de devolución se consideran bastante honestas: el principal deben devolverlo escalonado a lo largo de siete años, pero tras un período de cuatro años en blanco.
Por su lado, los polacos se han comprometido a pagar anualmente los intereses. El problema que se plantea actualmente es que no se encuentran en condiciones de hacer frente a ese vencimiento. Y por ello piden un nuevo escalonamiento de la deuda y más préstamos para el pago de réditos. De no ser así, Varsovia podría difícilmente enderezar su situación económica y, en consecuencia, los acreedores del Este no cobrarían.
La situación rumana es grave igualmente: una deuda de cerca de 9.000 millones de dólares. A lo largo de este ejercicio de 1982, sólo a los bancos occidentales tendría que devolverles más de 2.000 millones de dólares.
Francia, uno de los prestamistas más fuertes en el caso rumano, es solicitada también para que conceda un nuevo escalonamiento del pago de la deuda contraída por las autoridades de Bucarest. La Unión Soviética, a su vez, debe unos 17.000 millones de dólares.
Por otra parte, los jefes de los partidos comunistas del Consejo de Asistencia Económica Mutua (Comecon), equivalente socialista al Mercado Común occidental, celebrarán una cumbre para debatir los efectos de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos contra los países socialistas europeos, informa Efe.
La reunión fue anunciada en el comunicado conjunto redactado después de las conversaciones celebradas por el jefe del Estado soviético, Leonid Breznev, y el jefe del Partido Comunista de Checosovaquia, Gustav Husak, en la península de Crimea (URSS) el pasado fin de semana.
No se ha especificado el lugar y la fecha de la cumbre, aunque expertos económicos creen que se celebrará este mismo mes de agosto.
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