Respuesta a Joan Fuster

Con los calores del verano me ha sorprendido leer en su periódico de fecha 12 de julio un artículo tan cargado de improperios como lo es el de quien, hasta hoy, tenía por admirable personaje, tanto en el campo de la literatura y el periodismo (en catalán y en castellano), como por su propio recorrido político.En poco más de un folio es difícil encontrar juicios tan simples y tan desenfocadamente tratados:

"Toda filosofía es propaganda, ideología en el peor sentido de la palabra; ( ... ) un sociólogo o un economista es un señor cargado de prejuicios sectarios; vivimos de los chismes astronáuticos, no de Platón; ( ... ) la pedagogía, otra seudociencia".

Y concluye el artículo tildando de pro paganda a la "sociología, la economía, la hisionía, la antropología, las estadísticas, la política, la filosofía, incluso los laboratorios".

Para no contestar con la misma ingenuidad quisiera simplemente anotar algunos puntos que han pasado inadvertidos al ilustre escritor:

1. Afortunadamente, la enseñanza no consiste únicamente en alcanzar una objetividad que, según usted, ya es modificada por la misma metodología, instrumental e investigador. Ni siquiera consiste en "salvar el dato desnudo", cosa que ni el más acérrimo positivista actual defendería. El alumno no es un puro banco de datos o almacén de información a modo de robot (aunque muchos lo crean así). El aspecto cuantitativo es hoy evaluado a la par que el cualitativo. La cultura; por lo demás, siempre viene predeterminada por un contexto social concreto y peculiar que la enriquece y distingue. A este respecto, usted no puede olvidar la gran labor que se viene realizando en los Países Catalanes. Todo eso. supera el dato desnudo.

2. Lo que usted rechaza como ciencias humanas, desde la Filosofía hasta la Pedagogía, no desempeñan el papel de propaganda, ideología o "trampas para engatusar al cliente". El papel activo, crítico y de reflexión que aportan en la formación del alumnado es sin duda, a la postre, más importante que lo que usted llama ciencias-ciencias.

3. Afirmar que el papel de Platón, Marx o cualquier otro filósofo importante no tiene vigencia en el campo de la teoría ética o política es rondar la mediocridad o, peor aún, la ignorancia.

4. A mi modo de ver, aunque inocente, es usted todavía un alumno resentido. Desgraciadamente media España lo sigue siendo. /

Catedrático de filosofía del I. B. Manel Blancafort, de