Finanzauto y Servicios responsabiliza a ENASA de la suspensión de pagos y de los despidos
Tanto CC OO como UGT coinciden en señalar que el expediente de extinción de contratos presentado por la dirección de Finanzauto y Servicios (Fyser) no garantiza la supervivencia de la empresa. De acuerdo con estas fuentes, la documentación aportada por la sociedad pretende asegurar el resto de los puestos de trabajo con sólo el 25% del negocio.
El expediente de extinción de contratos afecta a prácticamente la mitad de la plantilla (785 de un total de 1.600 trabajadores). Finanzauto y Servicios, que presentó el pasado 16 de abril suspensión de pagos, acusa, tanto en la documentación justificativa de la citada suspensión como en el expediente laboral, a la Empresa Nacional de Autocamiones (ENASA) -cuyos productos eran comercializados por Fyser- de haber provocado su actual situación. Acusación que rechaza ENASA, acusando a su vez a Fyser de "incapacidad para llevar adelante a la empresa en una época de crisis".Las relaciones entre Finanzauto y Servicios y ENASA comienzan a deteriorarse a mediados de 1979, año en que se rompen los vínculos que la primera sociedad mantiene con la Banca López Quesada. A juicio de ENASA, la retirada de apoyo por parte de la López Quesada hacia Fyser es lo que provoca automáticamente el comienzo de los problemas financieros de la sociedad. La deuda de Fyser con ENASA -501 millones de pesetas- pasa, según fuentes de esta compañía, a los 1.600 millones de pesetas.
Sin embargo, para Fyser las dificultades arrancan desde la entrada en ENASA de International Harvester y la consiguiente reestructuración de su red de concesionarios, que, según señala Fyser en la memoria explicativa al expediente de extinción de contratos, se basaba en la desaparición de Finanzauto y Servicios, "que a la sazón representa el 25% de sus ventas nacionales".
En febrero de 1980 Fyser presenta un expediente de rescisión de contratos para 530 trabajadores. Las razones que se argumentan en aquella ocasión son la grave situación del mercado de automoción y la caída de la López Quesada, que supone la pérdida del respaldo financiero que había tenido hasta entonces. La plantilla era entonces de 2.600 trabajadores. La Administración aprueba una suspensión de contratos por un período de cuatro meses para los 530 trabajadores y, según fuentes sindicales, firma con los sindicatos un compromiso para retirar el expediente de rescisión de contratos a cambio de alargar la suspensión otros nueve meses más. El documento recoge además la promesa de no presentar otro expediente en el plazo de tres años y a incentivar excedencias y jubilaciones anticipadas. Al mismo tiempo se compromete a elaborar un plan de viabilidad que es rechazado por los sindicatos.
La situación, sin embargo, sigue deteriorándose, y a partir de septiembre de ese mismo año la deuda de Fyser con ENASA ha alcanzado ya los 2.100 millones de pesetas. ENASA advierte a Fyser la imposibilidad de mantener la deuda y propone entregar suministros equivalentes a los pagos mensuales previstos.
Aunque ENASA insiste en que en todo momento, su postura ha sido de apoyo hacia Fyser, la memoria de esta empresa habla de que, bajo la dirección de International Harvester, la política de ENASA va cambiando e inicia una estrategia tendente a hacer desaparecer su red comercial. En este sentido, el citado documento señala que se produce un cambio en los términos de financiación, a la vez que ENASA interpone demanda de diligencias preparatoria de juicio ejecutivo por efectos impagados por valor de 1.412 millones de pesetas y, simultánea mente, interrumpe el suministro de camiones y repuestos e interpone una demanda judicial para rescindir el contrato de -concesión a Fyser en 17 provincias. La demanda es, posteriormente, retirada.
En esta situación se llega a los acuerdos de 1981. En septiembre de ese año se eleva al escritura la cesión de inmuebles de Finanzauto y Servicios en favor de ENASA en pago de la deuda, que rondaba ya los 2.600 millones de pesetas. Según detalla la memoria explicativa de Fyser, ENASA se compromete a comprar por sí o por tercero las cuatro delegaciones elegidas para sí: Córdoba, Valladolid, Barcelona y Lugo, creando unas sociedades que suplieran a Finanzauto y Servicios en la comercialización.
Las relaciones entre ambas sociedades, a pesar de los acuerdos de 1981, se siguen deteriorando y, consecuentemente, la situación financiera de Fyser continúa agravándose.
En marzo de 1982 la empresa pacta con los sindicatos un plan de bajas incentivadas y al mes siguiente solicita suspensión de pagos. En junio presenta el expediente para prácticamente la mitad de la plantilla.
Mutuas acusaciones
Las mutuas acusaciones entre Fyser y ENASA desembocan, en el pasado mes de abril, en una demanda de interdicto por parte de la primera sociedad, al negarse ENASA a suministrar material si no se pagaba al contado. Para esta empresa, Fyser ha venido manipulando la información "pretendiendo presentar el problema ante la opinión pública como una arbitrariedad de ENASA tendente a la desaparición de Fyser, cuando la auténtica dimensión del problema es consecuencia de la baja del mercado, sus propias estructuras empresariales y la incapacidad de Fyser para llevar adelante la empresa en una época de crisis".Desde hace varios días los trabajadores de Finanzauto y Servicios vienen protagonizando una serie de encierros en protesta por el expediente de suspensión de contratos. Para los trabajadores, apoyados por CC OO y UGT, el nuevo expediente supone un incumplimiento de lo pactado entre dirección y trabajadores en 1980.
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