El aniversario del 18 de julio transcurrió sin incidentes

La conmemoración del aniversario del inicio de la guerra civil transcurrió sin incidentes, a pesar de las noticias circulantes acerca de un posible desplazamiento masivo de militantes ultraderechistas a la prisión militar de Alcalá de Henares, donde, hasta el sábado, se encontraban internados la mayor parte de los condenados por el fallido golpe de Estado del 23-F. La tranquilidad fue también la tónica dominante en El Escorial y El Valle de los Caídos.

Blas Piñar asistió a la misa que tuvo lugar en la basílica del Valle de los Caídos, en la que también estuvo presente la esposa del anterior jefe de estado. Miembros de Fuerza Nueva depositaron coronas de flores con los colores nacionales en las tumbas de Francisco Franco y José! Antonio Primo de Rivera. Por otra parte, Fuerza Nueva hizo público un comunicado en el que explicaba que el partido se vio obligado a desistir de una celebración multitudinaria por no haber podido obtener la cesión de un local apropiado, no obstante lo cual afirmaba la "adhesión a lo que civil y militarmente significó la fecha".Eran escasas las personas y vehículos que recorrían las calles de Madrid exhibiendo banderas nacionales. Algunos panfletos sin firma, convocando a los militares a las armas y a un nuevo alzamiento, eran los únicos indicios de actividad que se percibían en las proximidades de la sede central de Fuerza Nueva, situada en la madrileña calle de Mejía Lequerica.

Unas seiscientas personas asistieron por la noche a la cena conmemorativa que se celebró en un céntrico restaurante madrileño a iniciativa de la Confederación Nacional de Ex Combatientes.

En la presidencia del acto figuraban. Antonio González Sáez, secretario de la Confederación; Pilar Primo de Rivera; Manuel Valdés, de Falange Española; Pedro González Bueno, de Fuerza Nueva; y un delegado de Derecha Democrática, partido que lidera el ex ministro de Franco Federico Silva.