Voluntarismo de los grandes bancos
Los deseos no siempre pueden convertirse en realidades, aunque estos deseos pertenezcan a protagonistas tan destacados como son los grandes bancos españoles. Esta es, al menos, la conclusión a que llegaba una buena parte de los asistentes habituales a la reuniones bursátiles, a la vista de la evolución experimentada por el mercado de acciones a lo largo de las cuatro sesiones de la pasada semana.El histórico voluntarismo bancario quedó claramente puesto de manifiesto con la actuación de los miembros del club de los siete en las últimas reuniones, cuando intentaban forzar un giro de 180 grados en la persistente tendencia negativa del mercado, apoyándose en el débil argumento que constituía la lógica de una reacción técnica producida como consecuencia de las importantes bajas acumuladas.
La realidad sacó de su abstracción a tan peculiares soñadores, y el mal fondo actual del mercado quebró las buenas intenciones de quienes pretendían hacer creer al resto de los mortales que el nombramiento de Landelino Lavilla como presidente de UCD era acogido por el mundo de la inversión con una traca de júbilo.
Es cierto que se ha conseguido frenar el fuerte proceso bajista, pero no es menos verdad que, tan pronto como los inversores de menor tamaño pudieron comprobar que existía una voluntad compradora por parte de las instituciones, se aplicaron rápidamente a la tarea de ofrecer partidas de títulos a la venta, lo que vino a desestabilizar el idílico ambiente que, a modo de fastuoso decorado en cartón piedra, se estaba intentando instalar a toda prisa.
La realidad se impuso
De poco valió que los grandes grupos dejaran de poner partidas de títulos a la venta entre sí. Tampoco resultó mucho más eficaz el que los precios del dinero en el mercado interbancario comenzasen a bajar, probablemente a causa del consenso entre los grandes bancos. La realidad del mercado se impuso, y ésta indicaba muy claramente que los inversores continúan sin confiar en la Bolsa en un futuro inmediato y que por el momento declinan entrar a los señuelos que, en muchos casos sin demasiada habilidad, les colocan los más poderosos.
En cualquier caso, tampoco se puede afirmar que la Bolsa vaya a bajar en la próxima semana. Si los bancos se empeñan en ello, y además se utiliza a la Telefónica como soporte, esta reacción, calificada de cartón piedra, podría incluso llegar a consolidarse.
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