Cierre sin sobresaltos
Dentro de un ambiente que pretendía resultar tranquilo -a la fuerza-, se iniciaron las operaciones bursátiles de la semana con la oferta batiéndose en una discreta retirada, mientras que las únicas contrapartidas compradoras correspondían a la. sorda labor de apoyo a los valores propios, realizadas por los responsables de los grupos que concurren a diario al mercado de acciones.Las sonrisas de experto jugador de mus se extendieron por las salas de contratación mezclándose con los gestos de inteligencia que se cruzaban los operadores, y que pretendían dar a entender que la situación comenzaba a estar bajo control. La realidad es que la única diferencia apreciable en relación a las reuniones precedentes ha sido el que estos grandes grupos han dejado de agredirse mutuamente, al cesar en la oferta de acciones de unos a otros.
A partir de aquí, y contando con el mayor aburrimiento, al que daba lugar el descenso en el número de órdenes venderoras cursadas, las sesiones presentaron pocas novedades, y al cierre se consiguió llegar sin que se produjesen sobresaltos importantes, aunque también es cierto que en ningún momento se consiguió reanimar a los posibles inversores.
El discreto renacer que protagonizaron algunos bancos, especialmente el Popular -del que era absolutamente imposible conseguir acciones en el mercado madrileño después de hora-, era precisamente la piedra de toque en la que los profesionales del optimismo basaban sus buenos augurios para las próximas reuniones. Además del aparente cambio en su persistente tendencia negativa que manifestaba el mas pequeño de los siete grandes, los especialistas apuntaban la posibilidad de que el Santander estuviese preparando por su cuenta un renacer -eso sí, con más estrépito, como corresponde a su tradición bursátil-, mientras que otras entidades del tipo del Hispano o el Bilbao buscaban en las bolsas periféricas que fuese el propio mercado quien les marcase la tendencia, al dejar sin tutela sus precios en las bolsas de Barcelona, Bilbao y Valencia.
En lo que se refiere al otro gran protagonista tradicional del mercado de renta variable, los valores eléctricos, en general repitieron sus posiciones anteriores y realizaron esfuerzos para aguantar, sin descomponer en exceso la figura, el flujo de ventas que aún les continuaba llegando. Dentro del amplio y aburrido panel de repeticiones, destacaba la evolución de Hidrocantábrico, que bajaba ayer, como consecuencia de la subida artificial que se le había generado durante la pasada semana en una operación técnica de recompra de títulos. Por su parte, Electra de Viesgo se está viendo sometida a una fuerte presión a la baja por parte de quienes pretenden hacerse con la mayor cantidad posible de títulos de este valor.
En los círculos más allegados a los principales operadores del mercado se estimaba que es muy posible que los grandes grupos, al amparo del remanso que les ha permitido el repliegue de las ventas, intenten realizar alguna pirueta en las próximas reuniones. Estos ejercicios gimnásticos serán siempre de agradecer, por cuanto representarán una especie de respiro que contribuirá a confortar, aunque no sea más que parcialmente, los reprimidos ánimos de los inversores, que están contemplando con profunda preocupación la marcada tendencia negativa que vienen apuntando las bolsas a lo largo de las últimas semanas.
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