La compañía Iberia figura a la cabeza de las comisiones que pagó Boeing
La primera firma en exportaciones de Estados Unidos, la compañía fabricante de aviones Boeing, reconoció su culpabilidad ante un tribunal federal en la ciudad de Washington por haber pagado siete millones de dólares en comisiones secretas para la venta de 35 aviones por valor de 344 millones de dólares.El principal pago clandestino fue para la firma española Tecnavia, dirigida por Fulgencio Amador Moreno, que cobró 3.364.000 dólares (unos 370 millones de pesetas al cambio actual) por las comisiones de la venta de veintinueve aviones a Iberia, por un valor total de 221 millones de dólares.
En el momento de la compra de los veintinueve aviones Boeing 7272/200 el presidente de Boeing, Thornton A. Wilson, dio garantías a las firma española de que no habían comisiones que encarecieran el precio de los aviones. Sin embargo, según los documentos enviados al juicio, figuraba el acuerdo del pago de una comisión de 116.000 dólares por cada avión para el representante de Boeing en España.
La compañía Iberia, en una nota hecha pública ayer en Madrid, reconoce la existencia de tales comisiones y afirma que Boeing le ha asegurado que ninguno de sus empleados recibió parte de este dinero. La nota de Iberia no precisa si la compañía española tiene este mismo convencimiento.
Los directivos de Iberia, tras el escándalo producido en España al descubrirse la existencia de comisiones de la Boeing, presentaron querella a Boeing, en enero de 1980, pidiendo 22 millones de dólares en concepto de "daños y perjuicios" por el encarecimiento de la compra de los aviones, en cuyo precio final estaba incluida la comisión para Tecnavia.
Un acuerdo amistoso entre Iberia y Boeing concluyó con la aceptación por ambas partes de la concesión, por parte de Boeing, de una línea de créditos para futuras compras españolas de aviones a la firma norteamericana.
El tribunal federal condenó a Boeing al pago de una multa de 400.000 dólares, más otros 50.000 por gastos (de justicia (en total unos cincuenta millones de pesetas) por haber inffingido el acta de 1966 contra prácticas exteriores de corrupción. Los directivos de Boeing alegaxon que los pagos de comisiones encubiertas se habían producido en ventas realizadas entre 1971 y 1977, previos a la entrada en vigor de la actual legislación que controla las prácticas ilegales, la Foreing Corrupt Practices Act, para las ventas de productos norteamericanos al exterior. La firma norteamericana había pagado comisiones para las ventas de aviones a otros dieciocho países.
Casi paralelamente a la decisión del tribunal contra la Boeing, la sociedad aeronáutica instalada en la ciudad de Seattle, se quejó ante la administración Reagan de las prácticas comerciales poco claras de sus competidores europeos. Concretameinte, del consorcio europeo Airbus, en el que participan Francia, Reino Unido, RFA y España, por sus subvenciones, en facilidades del crédito oficial a la hora de vender aviones.
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