La mujer como amenaza
Georges Sadoul, que con su vasta labor de historiador y crítico del cine iluminó muchas zonas oscuras de éste, también contribuyó a oscurecer otras. Por ejemplo, en su Diccionario de cineastas, que es uno de los libros de consulta más extendidos entre los cinéfilos, dedica unas cien líneas a Maurice Tourneur, director francés de la época de los pioneros, y exactamente cuatro líneas a Jacques Tourneur, hijo del anterior, con la casi totalidad de su obra realizada en Estados Unidos. Sadoul define a Maurice como "el Griffith francés", mientras a Jacques le dedica este piropo: "Director norteamericano de segunda categoría".La miopía de Sadoul ha estado generalizada durante decenios, pero la revisión reciente de la obra de padre e hijo, organizada precisamente en Francia por Henri Langlois, puso al marmóreo juicio patas arriba: Maurice fue un magnífico artesano, un fundador, pero sin talento; mientras Jacques Tourneur fue también un artesano, pero con talento, mucho talento, que escapa por las grietas de sus filmes de encargo y a veces los inunda, los marca y sella con una cadencia singularísima, un tono narrativo raro, incatalogable, y una elegancia en la puesta en escena que ronda el virtuosismo de los más decantados estilistas.
La mujer pantera, filme de 1942, sin ser el mejor de Jacques Tourneur, tiene algunas de sus virtudes esenciales, y responde a un tema argumental muy suyo, pues directa o indirectamente lo abordó en varias de sus películas más conocidas: la mujer como amenaza, no precisamente vista desde la misoginia, sino desde el lado contrario, desde la fascinación por cierta sutileza depredadora de algunas mujeres en lucha contra el hombre y su mundo. Es el tema de fondo, no sólo de este filme, sino de otro de los grandes de Tourneur, La mujer pirata, rodada en 1950, con la magnífica Jean Peters en plena forma y administrando al pobre Louis Jourdan uno de los vapuleos más memorables de su mediocre carrera.
Su obra maestra es, sin duda, Retorno al pasado, de 1947, un inquietante híbrido de melodrama y filme negro, desbordante de fuerza dramática, en el estilo de los grandes filmes oníricos y trágicos, que por sí solo tiene pasajes dignos de entrar en la más exigente antología del cine de todos los tiempos. También en este filme está la mujer como amenaza de fondo, como factor inquietante y perturbador del orden establecido, esa obsesión de Tourneur, que está incrustada en una parcela, rica y poco estudiada, del mejor cine norteamericano.
Habría que buscar equivalencias, que las hay y muchas, entre el personaje depredador de Jean Peters en La mujer pirata y el amenazante de Simone Simon en La mujer pantera, con constantes subterráneas del poder por igual agresor y fascinador de algunas grandes mujeres del cine, como Gene Tierney, Gloria Grahame, Marlene Dietrich, Bette Davis, Theda Bara, la primera Lauren Bacall, Barbara Stanwyck, Veronica Lake y Heddy Lamarr, entre otras.
La mujer pantera es un filme inquietante y, al mismo tiempo, transparente, en el que un mito de terror se introduce en una estructura cercana a la comedia realista y dramática, con escapes perfectamente controlados desde la cotidianidad hacia la fantasía, a la manera de El halcón y la flecha, otro filme interesante de Tourneur, cómico y rocambolesco, rodado en 1950, e interpreta do por Burt Lancaster, Virginia Mayo y Nick Cravat. Y la referencia más lejana a La noche del Demonio y Una pistola al amanecer, de 1957 y 1956 respectivamente, otras dos grandes películas de este notable, refinado e injustamente menospreciado cineasta.
En La mujer pantera, interpretada por Simone Simon, Kent Smith, Jack Holt, Tom Conway y Jane Randolph, se materializan las viejas leyendas de los Balcanes, en torno a la maldición satánica sobre algunas mujer es.
La mujer pantera se emite hoy a las 21.00 por la primera cadena.
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