Iberduero inicia el proceso de segregación del patrimonio de Lémoniz

Iberduero ha iniciado un proceso que culminará con la segregación de su patrimonio de la central nuclear de Lemóniz, para lo que constituirá una sociedad, acogiéndose a todos los beneficios fiscales posibles, y en la que participará al 100%, según manifestó ayer el presidente de la compañía eléctrica, Manuel Gómez de Pablos, en el curso de la junta general de accionistas celebrada en Bilbao.En el mismo acto se confirmó que los 18.000 millones de pesetas de beneficios obtenidos por Iberduero en el pasado ejercicio permitirá dar un dividendo neto a sus accionistas del 10% del nominal de los títulos, es decir, 50 pesetas por acción. Esto supone una rebaja en medio punto de la retribución a su capital que la empresa realizó con cargo a los resultados en 1980, que a su vez habían presentado una rebaja de otro medio punto, frente al 11% que históricamente había venido distribuyendo la sociedad. No obstante, con esta reducción Iberduero se equipara, en el capítulo de dividendos, a la mayor parte de las empresas del sector. En los primeros días del próximo mes de julio se satisfarán por tanto 25 pesetas netas por acción en concepto de dividendo complementario a los resultados del ejercicio 1981.

Manuel Gómez de Pablos expresó su preocupación por el hecho de que la aparentemente abultada cifra de beneficios, ofrece sin embargo una rentabilidad muy exigua, en tomo al 4%, en relación con los recursos propios de la compañía, es decir, la suma de capital y las reservas, que se eleva a 385.638 millones de pesetas.

El pésimo régimen de lluvias del pasado año, uno de los peores del siglo, en opinión del consejero y director general de Iberduero, Joaquín Axpe, ha sido junto con el estancamiento en la demanda genérica de electricidad, que se ha visto agravada por la recesión del consumo del sector industrial, y el encarecimiento de los costes, una de las razones que han hecho de 1981 un año poco favorable para las empresas eléctricas en general, e Iberduero en particular.

Para el presente ejercicio las perspectivas son algo más favorables, aunque 1982 también está resultando un año extraordinariamente seco. Concretamente, la producción total en los 5 primeros meses de Iberduero resulta un 7% superior al del ejercicio anterior, y de ella un 63% es de origen hidráulico, un 33% proviene de las centrales térmicas convencionales y un 4% tiene su origen en la energía nuclear.

Sobre la central nuclear de Lemóniz y la operación de su segregación del antiguo movilizado de Iberduero y que en definitiva representará el cambio de su consideración contable en el balance de la compañía basada en el citado capítulo de inmovilizado material, a través del epígrafe. obras en curso, al de inmovilizado financiero, Manuel Gómez de Pablos señaló que Iberduero había realizado ya casi todos los esfuerzos posibles, llevaba invertidos unos 220.000 millones de pesetas, y en estos momentos la solución estaba única y exclusivamente en manos de las administraciones de Madrid y Vitoria.

El presidente de Iberduero rechazó tajantemente la posibilidad de que los atentados de que están siendo objeto las instalaciones de la compañía por parte de la organización terrorista ETA Militar, tuviesen otra solución que no fuese la política que pudiesen dar los ejecutivos vasco y del estado. No obstante reconoció que la cobertura que habían dado los acuerdos firmados entre ambos gobiernos en Vitoria el pasado mes de marzo, tras los cuales se reanudaron las obras de construcción de la central, y como consecuencia de ello había sido asesinado el ingeniero jefe de diseño de Lemóniz, Angel Pascual, se habían demostrado a la postre como demasiado trágicas.

También se refirió el presidente de Iberduero al importante número de atentados de los que habían sido objeto las instalaciones de la compañía, concretamente se refirió a 142 actos de sabotaje, con un coste de 650 millones de pesetas en 1981.

La necesidad, por la vía de su creciente rentabilidad, de rehabilitar o construir pequeñas centrales fue un extremo puesto de manifiesto por Joaquín Axpe.