Comentaristas-parlanchines
Permítaseme una pequeña llamada a los comentaristas de retransmisiones culturales-deportivas taurómacas, para solicitarles que nos dejen" ver la televisión tranquilos y sin atosigarnos. Dichos comentaristas se creen en la obligación de darnos tal cantidad de datos que parece que llevasen días días preparándose en casa debe es para soltárnoslos de sopetón y con alevosía. A los nombres mal pronunciados y equivocados, se suceden juicios críticos que de muestran el poco o nulo conocimiento de ese tema del comentarista de turno, así como diálogos entre ellos, de lo más peregrimos y memos.Hay uno, que cada vez que un jugador toca el balón, nos dice sus años, altura, peso, veces internacional, color de ojos, y si su padre que emigrante o industrial. Otros, se conforman con decirnos que los jugadores de tal o cual equipo están totalmente cansados (justo en ese momento y corriendo como balas meten un gol). Otros durante la corrida famosa de los Victorinos pasada por segunda vez en televisión- nos dieron una paliza fenomenal, recordándonos con pe os y señales un quite que hizo vestido de grana y oro Rafael El Gallo en 1929, mientras no nos dejaban ver tranquilos en ese momento lo que ocurría en 1982. Esa corrida fue una auténtica tortura para el posible telespectador (al vídeo me remito), al que "se le obligaba" a escuchar memeces y más memeces gratuitas, soltadas a destiempo, y no dejando ver con sosiego lo que realmente sucedía.
Yo pdiría urgentemente que se hiciese un seminario acelerado en horario intensivo, donde se diesen clases de "cómo realizar un comentario de televisión", como requisito para la obtención del diploma de "comentarista-televisivo", y mediante el cual se capacitase a tanto señor de palabra fácil y "sin parar" para poder hacer el justo y preciso comentario -con las pausas necesarias- a las imágenes que se están retransmitiendo. Si nos quieren dar una perorata de datos, que lo hagan antes de empezar la retransmisión para que el curioso o estudioso tome sus notas y nos dejen tranquilos al resto.
Y una última recomendación es rogarles a estos señores que limiten con moderación dar sus juicios personales (casi siempre equivocados y, por supuesto, parciales) sobre si tal resultado es justo o no, y si tal faena "no va a ser posible" porque el toro está muy castigado y cansado, y luego resulte que el espada de turno obtiene una oreja después de una gran faena./
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