El dólar ganó ayer dos puntos más en Madrid, al situarse en 112,305 pesetas
El dólar abrió ayer la semana confirmando su tendencia ascendente en todos los mercados mundiales. En Madrid, la divisa norteamericana ganó dos puntos más, al cifrar el Banco de España su cotización en 112,305 pesetas.La continuación de la ascensión del dólar produjo una espectacular caída de la cotización del oro en todos los mercados. La onza, que hace unos años llegó a cotizarse cerca de los 850 dólares, cayó por debajo de la barrera psicológica de los trescientos, el nivel más bajo desde agosto de 1979.
Por otro lado, el tumulto en torno a los cambios de divisas provocó ayer en las bolsas europeas una conmoción importante. En Londres, el índice del Financial Times registró una sensible baja de nueve puntos. El oro, por su lado, cerró en la capital británica a 297 dólares, diez menos que el pasado viernes.
La caída de la Bolsa londinense es muy similar a la registrada el pasado viernes en Wall Street. La certeza de que los tipos de interés no pueden bajar, pese a los esfuerzos de la Administración Reagan, hace prever una continua subida del dólar hasta que se estabilice en un nivel que fuerce una intervención gubernamental.
Precisamente, la Administración Reagan ha iniciado una campaña para limitar la independencia del Sistema Federal de la Reserva -banco central estadounidense-, cuya política monetaria no coincide con los deseos de los asesores económicos del presidente de bajar a toda costa los tipos de interés.
La peseta, pendiente de un apoyo oficial
En cuanto a la evolución de la peseta, parece confirmarse su enorme dependencia de la tendencia del dólar. Ayer, la divisa norteamericana volvió a ganar casi dos puntos en el mercado madrileño, y se situó en el fixing del Banco de España en 112,305 pesetas. La impresión de medios financieros es que las autoridades monetarias están dejando flotar a las fuerzas del mercado la moneda española.
Algunos medios han señalado la necesidad de que se produzca un apoyo más efectivo de la peseta. Su caída está encareciendo notablemente las importaciones, algunas de las cuales apenas ofrecen elasticidad. Tal es el caso de las importaciones energéticas.
Por otro lado, la caída de la peseta -o la subida del dólar- está provocando una reacción adversa en los deseos de muchas empresas de limitar su endeudamiento en dólaríes por medio de pagos anticipados de sus obligaciones.
Este retraimiento coincide con una actitud deliberada de las autoridades monetarias y económicas para frenar esta tendencia y con sus recomendaciones para incrementar sus salidas al extranjero en busca de financiación exterior. Esta mayor financiación externa se haría necesaria para financiar el creciente déficit exterior y limitar la pérdida de divisas.
Por otro lado, el Gobierno norteamericano anunció ayer que el Producto Nacional Bruto (PNB), en el segundo trimestre experimentó un crecimiento del 0,6%.
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