José María Sacristán
, alcalde de la localidad segoviana de Sepúlveda, fue uno de los pocos vecinos que no se sorprendieron al tropezarse ayer, por las calles de la histórica villa, con el Rey Don Juan Carlos en pleno paseo turístico. El Monarca, vistiendo unos tejanos y una camisa deportiva, acudió a Sepúlveda a recoger la insignia de oro de la villa concedida por su Ayuntamiento, motivo que aprovechó para recorrer los lugares más pintorescos de Sepúlveda y comer en un figón típico, al márgen de todo protocolo. La sorpresa del vecindario al reconocer al Rey fue mayúscula, lo que no impidió que, una vez superadas las primeras dudas de identidad, le expresara su simpatía y afecto. El Rey agradeció la insignia de oro, que le fue impuesta por el alcalde de Sepúlveda.
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