Los organizadores de la gira de los Rolling Stones pueden exigir 400 millones de indemnización

Los conciertos del grupo británico Rolling Stones en España, dentro de los actos oficiales del Cultura 82, se celebrarán en las fechas y lugares previstos, al estar "todo en orden y legal", según declararon ayer portavoces de la organización de las actividades paralelas al Mundial y de Gay and Co., de Barcelona, empresa organizadora. De esta forma deismentían las noticias contradictorias que circularon ayer ante la negativa de la directiva del Español C.F., la posible postura contraria de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) y un planteamiento sinifiar por parte del Atlético de Madrid.

Los organizadores han pedido a los clubes que manifiesten ante notario sus posturas actuales. En caso de que, por cualquier motivo, se suspendieiran los conciertos, Gay and Co podría plantear una indemnización de doscientos millones de pesetas a cada club."Todo está conforme y los contratos en regla, esta polémica no tiene sentido", manifestó ayer Carlos Pardo, coordinador de los actos del Cultural 82, que afirma que los contratos de los conciertos de los Rolling Stones con el Atlético de Madrid y el Español C.F. están firmados "en toda regla", incluída la póliza de seguro con un compañía inglesa que se ajusta a la jurisdicción internacional.

Los promotores de los recitales, Gay and Co., de Barcelona, tras señalar que la negativa del Español C.F. a que se celebre el con cierto en el estadio de Sarriá el próximo 9 de julio "nos ha cogido por sorpresa", aseguraron que los recitales se celebrarán y que el tema está en rrianos exclusivamente de Saporta, presidente del comité organizador del Mundial 82.

Fuentes del Cultural 82 han señalado que el tema no afecta a la Federación Española de Fútbol, ya que los campos, durante la celebración del Mundial, dependen de la FIFA, organismo internacional que ha dado su autorización a la celebración de: los dos conciertos de los Rolling Stones en el estadio Vicente Calderón, de Madrid, el 7 de julio, y en el estadio de Sarriá, de Barcelona, dos días más tarde.

Al parecer, en los contratos entre la organización y los clubes, firmados en la primera quincena de mayo, la póliza de seguro para cubrir los posibles desperfectos asciende a cincuenta millones de pesetas en cada estadio. La junta directiva del Español C.F. basaba su negativa a alquilar su estadio, en siete millones de pesetas, al no hacerse cargo los organizadores de la póliza de seguro, aspecto desmentido por Gay and Co.

Hasta el cierre de esta edición no se pudo conocer la postura del Atlético de Madrid, ante la imposibilidad de mantener una conversación telefónica con el gerente José Julio Carrascosa. En la sede del club manifestaron que el Atlético de Madrid no ha hecho todavía ninguna manifestación pública y que se han enterado por la Prensa de la venta de entradas para el concierto.

Fuentes no oficiales relacionan estas contradicciones en torno a los conciertos de los Rolling en Barcelona y Madrid como una maniobra personal de Pablo Porta, presidente de la Federación Española de Fútbol, para que fracasen las ideas de Saporta en los actos del Cultural 82, paralelos al Mundial 82. También se destaca las posibles presiones sobre los clubes Atlético de Madrid y Español para que se nieguen a alquilar sus estadios.

Rolling Stones, el conjunto que revolucionó la música moderna en igual o mayor medida que los Beatles, comenzó su gira por Europa el pasado 3 de junio en Rotterdam, en el estadio del Feyenoord, donde el grupo celebró ante 50.000 personas el veinte aniversario de su formación. No hubo incidente alguno ni destrozos en el estadio. Por tanto, la prohibición de su segundo recital por parte del alcalde de Florencia no se basó en el temor a posibles disturbios sino en que, según el citado regidor, la bella ciudad italiana no era el marco adecuado para este tipo de espectáculos. Los organizadores de los recitales españoles piensan, en consecuencia, que es absurdo pensar en destrozos en los campos de futbol del Español o del Atlético de Madrid y creen que tales presunciones "son un insulto a los miles de futuros espectadores y, en general, a la juventud española".