La industria alimentaria, muy atomizada cara al Mercado Común,
El excesivo número de industrias agroalimentarias existentes y su atomización, son los principales problemas con los que se encontrará este sector cara a la integración de España en el Mercado Común, según un informe elaborado por la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB). A estos problemas hay que sumar los elevados costes financieros que se concentran en un breve período de tiempo, la modificación de la normativa para la concesión de los créditos a la exportación y el crecimiento de la economía golfa y los fraudes.
Según el censo industrial elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, corregido con los datos del Ministerio de Agricultura, existen en este sector unas 64.000 industrias. Por otro lado, la industria agroalimentaria española tiene una media de 6 trabajadores por empresa y un volumen medio de ventas de algo más de 30 millones de pesetas. Estas cifras definen con precisión la magnitud del problema sobre todo si se compara con los países del Mercado Común, donde la media de ventas por empresa es de 300 millones. "El problema de la atomización es un problema que implica a todo el sistema agroalimentario. La existencia de un minifundio en el sector agrario es bien conocida y la atomización del sector de la distribución comercial es también clara Se calcula que en nuestro país existen más de 300.000 puntos de venta de productos alimentarios Esta es la causa de la que dimanan muchos efectos negativos sobre el sector" en opinión de Jorge Jordana secretario general de la FIABDe acuerdo con los datos contenidos en el informe de la patronal agroalimentaria este es el primer sector de la industria manufacturera española. Su aportación al producto industrial bruto es superior al 10% y da empleo a 380.000 trabajadores, lo que supone el 13% del total de puestos de trabajo de la industria, y conjuntamente con el sector agrario proporciona más del 20% de las exportaciones totales españolas.
Estas cifras significan, según la FIAB, que la industria alimentaria tiene más importancia económica que el sector energético, la industria química, automóviles o la industria textil. Esto mismo también sucede en Inglaterra, Holanda, Dinamarca y Bélgica , mientras que en Francia es el segundo sector industrial.
La entrada de las multinacionales
El problema de la atomización se acrecienta en los productos tradicionales como el de la elaboración del vino, la fabricación de pan, las industrias cárnicas y las fábricas de harinas. Todos estos sectores estaban formados por pequeñas empresas de carácter familiar que tenían mercados locales o regionales y que hoy día presentan una estructura económica muy débil por tener tecnologías obsoletas y una gran intensidad de mano de obra. Con la llegada del desarrollo industrial, los hábitos del consumidor se desplazaron hacia productos con más calidad y valor añadido aumentando la demanda de los platos precocinados y congelados. En estos sectores fue donde se implantaron la mayor parte de las empresas con capital multinacional.
Según el Ministerio de Economía y Comercio, la presencia del capital extranjero en este: sector no es tan grande como parece, ya que frente a una media nacional del 8%, la industria alimentaría tiene una penetración del 12%, muy alejada de otros sectores industriales como la electrónica o el automóvil. "Lo que pasa es que al concentrarse este capital en la fabricación de los productos que más acuden a la publicidad, parece que toda la industria alimentaria es multinacional, aunque la realidad sea otra", ha manifestado Jorge Jordana.
En su opinión, en los. próximos años puede haber un nuevo crecimiento de la inversión extranjera en este sector, pero por causas diferentes a las que se han dado hasta ahora. La previsible entrada de España en la Comunidad Económica Europea exigirá tomas; de posiciones comerciales y por ello las grandes empresas comunitarias tendrán que disponer de redes de distribución propias en España, para la distribución de sus productos.
Otro de los problemas fundamentales de las empresas del sector agroalimentario radica en los elevados costes financieros, debido a que tienen que comprar en un tiempo limitado las materias primas que necesitan para fabricar y vender a lo largo de todo el año, por lo que se ha reclamado con insistencia una financiación especial. Por otro lado, la modificación de los créditos a la exportación, recientemente impuesta por el Ministerio de Economía y Comercio, perjudica también al sector agroalimentario.
El último de los problemas importantes del sector radica. en el crecimiento de la economía golfa puesto que la fabricación de bastantes productos alimentarios no requiere tecnología sofisticada y puede elaborarse en la clandestinidad, a mucho menor costo y sin ninguna garantía sanitaria.
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