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Las cajas de ahorro ganarán 3.000 millones de pesetas menos al año

Una reciente decisión del Banco de España, orientada a retirar del sistema financiero 50.000 millones de pesetas desde mayo hasta finales de año, detraerá de los beneficios anuales de las cajas de ahorro unos 3.000 millones de pesetas. La estimación, procedente de estas entidades, supondrá más del 5% de sus resultados antes de impuestos, cifrados el año pasado en 52.850 millones de pesetas. La banca privada puede ver reducidos sus beneficios algo más de mil millones.Para facilitar el control de las disponibilidades líquidas, ante las perspectivas de dificultades por la evolución del déficit público, el Banco de España decidió reconducir sus instrumentos por las subastas de certificados de regulación monetaria. Así, a finales de abril pasado empezó a sustituir el crédito automático que daba a las instituciones financieras, a cambio de la pignoración de fondos públicos, por préstamos a un tipo de interés equivalente al de las citadas subastas a tres meses.

La medida sería complementada con la no renovación a sus vencimientos de las actuales líneas de crédito, que ascendían en esos momentos a unos 50.000 millones de pesetas. De ellos, 28.000 corresponden al conjunto de la banca privada, y 22.000, a las cajas de ahorro.

Según cálculos de las cajas, sólo el mayor coste de los nuevos préstamos a que deberán recurrir (estimado al 13,5% de media) tendría en su caso una incidencia directa de 1.725 millones de pesetas en sus excedentes. Pero, además, deberían contarse los menores niveles de inversión libre.

Si las cajas utilizaran la otra vía existente -cubrir su coeficiente de caja a través de efectivo o de depósitos no remunerados en el Banco de España-, los efectos previsibles serían también dobles: disminución de unos 2.045 millones de pesetas en la cuenta de resultados conjunta para 1982 y reducción de 23.050 millones de pesetas en los niveles de inversión libre, como consecuencia de sus menores resultados y del drenaje de 21.000 millones de pesetas en el crédito, hasta ahora automático, por la pignoración de fondos públicos.

En uno y otro caso, que arrancan del mes de mayo, la minoración de resultados para las cajas ronda los 3.000 millones de pesetas. Pero refleja, a juicio de éstas, una evidente falta de equidad con respecto a la banca privada. Su juicio se basa en la desigualdad de partida, pues -en términos relativos sobre pasivos computables- los citados 50.000 millones representan para las cajas el 0,53%, mientras que para la banca privada se sitúan en el 0,33%. Indirectamente, el coeficiente de caja se elevará en estas cuantías; de ahí que empieza a ser denominado en medios de las cajas como "coeficiente diferencial".

Costes del descontrol

Por ello, las cajas han pedido una inmediata reconsideración de la medida. A tal fin han sugerido alternativas que cumplan el objetivo de drenar 50.000 millones del sistema financiero, pero que sean más justas en su reparto.Unas de ellas es que bastaría con elevar 0,4 puntos el coeficiente de depósitos remunerados, proporcional a los recursos ajenos computables. Aun siendo "lógicamente indeseable para las instituciones financieras", según las cajas, esta medida resultaría justa, pues supondría un drenaje de 34.000 millones de pesetas para la banca privada y de 16.300 millones para las cajas confederadas. La proporción concuerda con sus pesos relativos dentro del sistema financiero.

No obstante, algunos medios de las cajas se muestras escépticos sóbre un cambio, pues creen que la medida reduce a la vez los costes de regulación monetaria del Banco de España. Estos son ya muy elevados y previsiblemente se verán ampliamente complementados por haber ganado la banca la partida de la deuda pública a corto plazo, primero al conseguir su práctica limitación en cuanto a posibles destinatarios y luego por forzar los precios al alza con su abstención.

Los ingresos de la banca privada por financiación del déficit y control monetario se duplicaron el año pasado, hasta alcanzar 66.281 millones de pesetas; por el contrario, los pagos al banco emisor por intereses de sus créditos recibidos del mismo sólo aumentaron un 13%, hasta los 30.171 millones de pesetas. Así, los 36.100 millones de diferencia líquida supusieron casi la tercera parte de todos los beneficios del sector en 1982.

En cambio, las cajas, que en los cuatro últimos años han perdido cuota de mercado en los rendimientos totales interbancarios (han pasado de 33.239 a 70.291 millones, mientras la banca subió de 80.565 a 349.193 millones), se han beneficiado en menor proporción de las intervenciones del banco emisor.

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