El futuro de la industria de televisores y audio, hipotecado al Plan Electrónico Nacional

El futuro de la industria española de electrónica de consumo (televisión, audio, videos, etcétera), que ocupa a unas 17.000 personas y factura anualmente por un monto cercano a los 100.000 millones de pesetas, depende de las conclusiones definitivas a que se llegue en la comisión del Plan Electrónico Nacional.

Con vanas empresas del sector en suspensión de pagos y algunos intentos frustrados de reestructuración, la viabilidad de estas actividades está en buena medida hipotecada a que en el seno de la comisión del Plan Electrónico se impongan las tesis de la industria privada o las de la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE).Trás el sonoro incidente entre algunos miembros de la citada comisión, en el marco de una mesa redonda convocada por la revista especializada Actualidad Electrónica, en la que directivos de Telefónica y miembros de la comisión redactora intercambiaron gruesos, adjetivos ("infamia", "mentira", "exageración") en base a un artículo publicado en la citada revista sobre las discrepancias internas en el seno de la comisión (vease nuestra edición del pasado día 3); y la filtración -rompiendo un prolongado e incomprensible pacto de silencio entre los comisionados que a duras penas en los últimos meses ha acallado los ecos de un fuerte y viejo enfrentamiento de intereses- de las propuestas presentadas por Telefónica y la industria privada, ha quedado patente la disparidad de criterios que sobre la electrónica de consumo existe entre quienes van a configurar su futuro.

Algo más que diferencias de matiz

La disparidad de criterios entre ambos documentos, que abarca a la práctica totalidad de los subsectores electrónicos e informáticos, es vital para la industria de consumo:Los empresarios, en su propuesta, apuestan por el desarrollo de los productos tradicionales (televisión y audio) y la introducción con ayuda internacional -fabricación bajo licencia o colaboración con multinacionales- de nuevos productos (videodisco u ordenadores personales).

Telefónica, por su parte, piensa que el futuro de esta industria no pasa tanto por los productos tradicionales y por la colaboración con firmas extranjeras, como por el desarrollo de otros productos ajenos a las tecnologías del audio y el video (calculadoras, juegos electrónicos, instrumentos musicales y relojes electrónicos) y por la creación de software (programación) propios.

Elección de productos

El documento de Telefónica dice textualmente: "Dado que el subsector de consumo está prácticamente dedicado a las líneas tradicionales y controlado por filiales de empresas extranjeras, no parece oportuno actuar sobre estas líneas". Para añadir, a renglón seguido, que "todo el esfuerzo deberá volcarse sobre la línea de 'Otros' (calculadoras, juegos electrónicos, instrumentos musicales y relojes), dado su potencial y la oportunidad que se presenta de entrar en una línea en desarrollo, que, de no tomar medidas, volverá a ser controlada por capital extranjero. En todo caso, deberán elegirse los productos a abordar".Uno y otro documento coinciden, por distintos motivos y de forma muy matizada, en el mantenimiento de medidas arancelarias que protejan nuestra producción de electrónica de consumo.

La Compañía Telefónica Nacional de España razona su postura del siguiente modo: "dado que no es conveniente, por razones de índole laboral, la brusca retirada de las medidas proteccionistas que históricamente se han aplicado a las líneas tradicionales de este sector (audio y vídeo), es preciso aprovechar la existencia de las empresas multinacionales para conseguir de ellas, a cambio de los beneficios que obtienen como consecuencia de la situación del mercado, una máxima aportación de tecnología al país y forzarlas a una mayor generación de valor añadido, mediante una creciente nacionalización de componentes y máquinas de producción".

Entre tres y cinco años

La industria privada, por su parte, solicita que se mantenga "por un periodo de tiempo no inferior a tres años ni superior a cinco del actual sistema de contingenciación, cupos y aranceles para las importaciones de televisión en color, periodo durante el cual las empresas deberán prepararse y adaptarse para el momento en que desaparezcan las citadas medidas, derivando su actividad hacia otros artículos de futuro".También solicitan el mantenimiento de las medidas proteccionistas contra importaciones de audio del Sudeste Asiático, un programa de concertación y colaboración entre los fabricantes de televisión y la industria nacional de componentes, e incentivos para la consolidación de una industria española eficaz y competitiva en el campo del vídeo-cassette.

Ambos documentos plantean la necesidad de aumentar las exportaciones y la competividad de las producciones españolas.

Las divergencias entre la Telefónica y la industria privada, dentro de la comisión redactora del Plan Electrónico Nacional, no se dan únicamente en la industria española de electrónica de consumo. En el marco de la telecomunicación se reiteran las distancias. Mientras la industria privada, agrupada en la patronal Aniel, pide que se planifique el sector desde la demanda, la Compañía Telefónica Nacional de España propone la planificación desde la oferta.