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Carrillo sigue como secretario general y Sartorius mantiene su dimisión

Santiago Carrillo se mantiene como secretario general del Partido Comunista de España, mientras Nicolás Sartorius consuma su decisión de dimitir como vicesecretario general, aunque permanezca en el comité ejecutivo. Estos datos, conocidos a primera hora de la madrugada, avalan la tesis de que aunque ha quedado resuelta de una manera inmediata, la crisis en el seno del PCE sigue latente. Las divergencias no se han superado y los puntos candentes de discusión han sido aplazados para una nueva reunión del Comité Central, que se celebrará dentro de unos diez días.Con un discurso de Carrillo explicando las razones por las que, pese a todo, ha decidido mantenerse al frente de la secretaría general y retirar la dimisión que había presentado en la noche del jueves, día 10, concluyó esta madrugada una de las mas largas y tensas reuniones del Comité Central del PCE que se recuerdan, con más de trece horas de duración.

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En su discurso Carrillo explicó que "no tengo derecho a abrir una crisis, en este momento y ante unas elecciones generales". Sin embargo, no ocultó su desconcierto ante lo que llamó "abstenciones de calidad" en el proyecto de resolución aprobado por el Comité Central. .

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El proyecto de resolución aprobado por el Comité Central, consiguió 67 votos a favor, 4 en contra (el catedrático Carlos París, Vicente Cazcarra, el secretario provincial de Córdoba, Ernesto Caballero, y el secretario de Aragón, Luis Martínez, ninguno de los cuales representaba más que su propio voto) y 12 abstenciones, entre ellas las de Nicolás Sartorius y Marcelino Camacho.

La primera de estas abstenciones fue sin duda la que Carrillo calificó como "de calidad", poniendo en evidencia la crisis que sufren las relaciones entre ambos.

Carrillo dijo que había reconsiderado su dimisión, "tras dos horas de negociaciones", cuando el comité ejecutivo en pleno le anunció que dimitiría en solidaridad con él, algo que de todas maneras Carrillo sabía que podía ocurrir desde hace varios días. "Sigo y sigue el comité ejecutivo, y se mantiene nuestra voluntad de aplicar íntegramente la resolución aprobada en esta reunión".

Esta resolución, que consta de once puntos, es básicamente la misma que fue redactada en la madrugada del sábado por el comité ejecutivo, pero de ella se ha suprimido el anuncio de la convocatoria de una conferencia sindical. La modificación, sin embargo, no ha bastado para contrarrestar el malestar de Marcelino Camacho y de muchos representantes de CC OO. Camacho llegó a afirmar: "Yo sólo sigo las instrucciones de CC OO, y nada más, ninguna orientación más, ninguna instrucción más", en un anuncio de lo que podría ser un principio de divorcio entre CC OO y el PCE.

La resolución tampoco convenció a Sartorius y a los partidarios de su línea en el Comité Central, al negar la posibilidad de una negociación con los sancionados, si bien se afirma que se mantiene la política de puertas abiertas en el partido.

Será probablemente después de los comicios cuando renazcan las tensiones entre lo que cada vez se configura más claramente como las dos alas del partido, los renovadores y la vieja guardia, por más que Carrillo esta madrugada negase tal calificativo para los hombres que le rodean.

Santiago Carrillo, al referirse a las próximas elecciones, volvió a proponer una política de "frente democrático" junto al PSOE, con los sectores progresistas del centro y los movimientos nacionalistas. "Hay que trabajar con los que quieren mantener la democracia porque la transición", dijo "no ha terminado".

Finalizó reafirmando la voluntad del comité ejecutivo de culminar la construcción de los partidos nacionales, y regionales que forman el PCIE, "para darles todo el sentido de responsabilidad e iniciativa que deben tener".

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