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Crítica:'El cine en la pequeña pantalla'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Kane-Welles

A los veinticinco años, cuando la firma RKO le contrató para que hiciese en sus estudios su primera película con entera libertad, a su gusto, sobre el tema que eligiera, con carta blanca sobre presupuesto, rodaje y tiempo, contraviniendo así todas las normas de Hollywood, Orson Welles era ya un hombre -casi un niño- archifamoso en los Estados Unidos. Se había rodeado de una aureola personaje-genio, que allí donde ponía la mano todo lo trastocaba, creaba escándalo, discusión e incluso torrentes de dinero. Había revolucionado el teatro y la radio. Ahora le esperaba el cine. Pero le llamaron en una mala fecha, la primavera de 1940.Un año después, cuando Welles tenía 26, Ciudadano Kane ya estaba realizada. Se rodó en agosto, septiembre y octubre de 1940. Gastó Welles enormes cantidades de película virgen. En noviembre de 1940 se encerró en una sala de montaje de la RKO. No salió de ella hasta nueve meses más tarde, en julio de 1941. Nunca, salvo Eisenstein cuando montó Octubre, nadie había empleado tan largo plazo en el período de montaje de un filme. Welles puso patas arriba no sólo al cine como tal, sino a sus rutinas técnicas, artesanales e industriales. La película se estrenó en otoño de ese año. Entusiasmó a los mejores críticos, pero el público la ignoró. Fue un mal año, 1941. La guerra mundial era inminente. La gente, en los Estados Unidos, no estaba para dificultades, sutilezas intelectuales y enrevesamientos narrativos. Un magnate del periodismo, William Randolph Hearst creyó ver reflejada su vida -no le faltaba razón, más bien todo lo contrario- en la película, y la boicoteó. Y el joven genio, que entró en Hollywood como un emperador -hay un admirable cuento de Scott Fitzgerald donde relata el día en que Welles llegó a Hollywood como si se tratara de la génesis de un mito-, salió de él por la puerta de servicio, sin trabajo y con las orejas agachadas.

Por aquellas fechas un todavía joven escritor y filósofo francés, se encontraba en los Estados Unidodando un periplo de conferencias por diversas universidades. Se llamaba Jean-Paul Sartre. Sintió curiosidad, aunque no sentía especial atracción hacia el cine, por una película que algunas raras minorías, del enorme país alababan en medio de una total bancarrota de público. Fue a ver Ciudadano Kane y a partir de aquel instante tomó en serio, muy en serio, al cine.

Leyenda de libertad

Escribió Sartre, meses después, un ensayo sobre Ciudadano Kane que, en la Francia ocupada por Hitler, resonó en las catacumbas de la resistencia antifascista y se convirtió en el primer eslabón de una leyenda de libertad. Terminada la guerra, en otoño de 1946, Ciudadano Kane se estrenó en París. Ríadas de gente acudíeron a verla. Luego siguió Londres, Roma, el resto del mundo. La leyenda ya estaba forjada. Unos años después, un conjunto de especialistas la declaró mejor película de todos los tiempos. Era una exageración comprensible e incluso justa. Y desde entonces, en cualquier lugar del mundo, en cualquier época, este soberbio filme se repone, se revisa, se enseña a cada nueva generación como una joya de la imaginación contemporánea. Ciudadano Kane es una parte de nuestra identidad de hombres del siglo XX.

No se puede describir un filme como este. Su complejidad narrativa no le impide ser un modelo de claridad. Su barroquismo tampoco le impide ser una historia transparente. Su lirismo desbordado no le impide ser un durísimo documento social y político. Su módernidad de estilo no le impide ser una obra clásica. Ciudadano Kane es esto y lo otro, incluso lo contrario. Hay tantos Kane como espectadores, y ante, un filme-test de esta envergadura hay que sentarse con cierta carga de humildad en los ojos. No es cine común lo que va a verse. Es una obra mayor de la cultura occidental, una de sus señas de identidad. Quienquiera que se interese por los abismos de nuestro tiempo no es que deba ver Ciudadano Kane, es que no tiene más remedio que verla.

Ciudadano Kane se emite hoy a las 19.30 por la segunda cadena.

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