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El Banco de Santander obtuvo en 1981 unos beneficios de 11.803 millones de pesetas

El Banco de Santander obtuvo el pasado ejercicio un beneficio antes de impuestos de 11.803 millones de pesetas, lo que le sitúa en el tercer puesto del sector bancario, y que representa un incremento sobre sus resultados en 1980 del 29,44%, según puso de manifiesto el presidente de la entidad, Emilio Botín, en el curso de la junta general de accionistas conmemorativa del 125 aniversario de su fundación, y que se celebró ayer en la capital cántabra.

En el mismo acto se anunció una ampliación de capital gratuita, mediante la elevación del nominal de las acciones en circulación, desde las 330 pesetas actuales hasta 400 pesetas, un aumento de un 60% en el dividendo, lo que supone 57,30 pesetas, frente a las 35,59 del ejercicio anterior, y una nueva emisión de 15.000 millones de pesetas en bonos de tesorería, a realizar en el próximo otoño.Emilio Botín, uno de los banqueros más clásicos del panorama financiero español, para quien la crisis del sector bancario aún no ha terminado, calificó como satisfactorios los resultados obtenidos en 1981, pero llamó la atención sobre los problemas que plantean las elevadas tasas actuales de interés, señalando que la política emisora del sector público, y, sobre todo, los altos tipos de interés que se están pagando por la deuda pública a corto plazo, hace inviable que se produzca a corto plazo un abaratamiento en el precio de la financiación. Invitó a quienes piensan que la gran banca española gana mucho dinero, a considerar que si elevase en un 1 % el precio de costo de pasivo, o descendiese en el mismo porcentaje el rendimiento de sus inversiones, la cuenta de resultados de las mayores entidades bancarias de este país no permitiría repartir dividendos, salvo que no se saneasen los balances o se dejase sin dotar las reservas de forma adecuada.

Falta de ilusión

Para el presidente del Santander, que se definió asimismo como un "liberal convencido" en el curso de una conferencia de prensa realizada con posterioridad a la junta de accionistas, "la democracia es una cosa sine qua non. Con ella estamos prácticamente todos de acuerdo". Según manifestó más adelante, el principal desafio al que actualmente se enfrenta nuestro país, es la falta de ilusión. En el momento en que ésta sea recuperada se podrá aumentar la productividad, y esto debe producirse en todos los estamentos de la sociedad, según Emilio Botín, con lo que en definitiva se conseguirá una consolidacion de la democracia.Otro de los puntos a que hizo referencia el presidente del Santander fue la necesidad de privatizar, aunque no sea más que parcialmente, la Seguridad Social. "Existe una conciencia clara en el país de que esto no debe continuar, y de que pueden mantenerse los servicios y aún mejorarlos, a un coste menor, pero la realidad es que nadie se atreve a enfrentarse a fondo con el problema". En definitiva, Emilio Botín opina que la gestión de la empresa privada abarataría los costes y aumentaría la eficacia de los servicios de la Seguridad Social, poniendo así freno a los gastos que por este concepto debe afrontar anualmente el sector público, que superaron los 2,5 billones de pesetas en 1981.

En lo que se refiere a la actividad bancaria, a lo largo del pasado ejercicio, el Banco de Santander experimentó un crecimiento porcentual de sus depósitos de clientes del 17,02%, discretamente inferior al 18,29% que presentaron como tasa media de crecimiento del pasivo, los siete grandes bancos.

Emilio Botín desestimó la posibilidad de que el Santander adquiriese el grupo del Banco Occidental, que actualmente se encuentra en el Fondo de Garantía de Depósitos, en contra de los rumores que habían circulado en medios financieros las últimas semanas.

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