El Gobierno analiza una eventual subida de los precios para primeros de julio
El Gobierno podría verse forzado a subir los precios de los productos derivados del petróleo en fecha breve como consecuencia de la apreciable pérdida en los ingresos fiscales que ha supuesto la continua depreciación de la divisa española y que ha encarecido en pesetas las forzadas importaciones de crudo. Fuentes consultadas en los distintos departamentos ministeriales afectados confirmaron que, en este momento, existe un desfase en ingresos fiscales del orden de los 20.000 millones de pesetas -aproximadamente un 12% menos de lo que estaba autorizado recaudar por este concepto-, que el Ministerio de Hacienda no tendrá otro remedio que corregir en fecha próxima, especialmente ante el fuerte incremento que está registrando el déficit público.
La subida de los carburantes podría producirse, como muy pronto, a primeros del mes de julio, ya que el Gobierno trata de contener cualquier tipo de subida de precios que suponga una mayor presión inflacionista en el primer semestre de este año. El Ministerio de Economía, a este respecto, tiene el deseo de terminar este mes con una inflación acumulada en el Indice de Precios al Consumo (IPC) no superior al 6,09%, tal como se comprometió en el Acuerdo Nacional sobre Empleo (ANE). En medios de dicho ministerio se considera que una subida de los precios de los productos energéticos antes de que acabe el semestre echaría por tierra los deseos gubernamentales de no sobrepasar dicho límite y forzaría una nueva e incómoda revisión de los salarios nominales.
Depreciación de la peseta
La subida de los precios energéticos, de producirse, tendría su razón de ser en la fuerte depreciación que ha experimentado la peseta desde la última revisión de dichas tarifas. En aquella fecha -24 de julio de 1981-, la revisión se hizo sobre la base de una cotización del dólar de 90,35 pesetas, mientras que la divisa norteamericana se cambió ayer en Madrid en 107,508 pesetas, lo que representa un nuevo récord.Hasta muy recientemente, la caída de la peseta ha podido compensarse con la favorable evolución a la baja de los precios internacionales del crudo, precios que, en las últimos dos meses, han vuelto a mostrarse al alza.
Así, el precio medio del barril importado sobre el que se realizó la última subida fue de 34,95 dólares, y aunque el coste de las importaciones se ha vuelto a acercar a los 34 dólares por barril en el curso de las últimas semanas, en el primer trimestre del año este precio bajó a casi 32 dólares, permitiendo un ahorro importante en la factura en dólares de las compras de crudo.
Según cálculos del ministerio, por cada dólar que baja el barril de crudo se produce una disminución media por año de la factura petrolera del orden de los 20.000 millones de pesetas. 10or el contrario, por cada peseta que sube el dólar la factura se encarece en unos 10.000 millones de pesetas.
En este sentido, una simplificación de estas estimaciones dejaría a la luz una variación en los cálculos originales muy superiores a los 20.000 millones de pesetas citados, pero fuentes fiables señalan las variables mencionadas, aunque muchas veces se trabaja sobre ellas, son sólo indicativas y requieren, en todo caso, un estudio más detallado para situar en su lugar preciso el impacto real de la evolución del mercado mundial de crudos y del dólar.
Por otro lado, un cálculo exacto del impacto de las variaciones de los precios es siempre difícil de realizar, habida cuenta de la existencia de unos almacenamientos muchas veces superiores a los tres meses, que hace que el cálculo del precio real de compra sea de complicada estimación y, sobre todo, correlación con los de venta al público. Tan es así, por ejemplo, que muchas veces se habla de un precio medio del barril determinado, sin tener en cuenta que muchos de los crudos comprados se hicieron en circunstancias y precios diferentes a los del momento.
Mercado a la baja
La subida de los precios energéticos derivados del petróleo se ha estado retrasando, en cualquier caso, durante varios meses debido sobre todo a que se consideraba una decisión impopular, especialmente en el momento particular y cuasi preelectoral que vive el país. Un anuncio elevando los precios y acercándolos a la realidad de los costes se antojaba de difícil aceptación, según medios gubernamentales, ya que, a lo largo del primer semestre del año, el mercado mundial de crudos ha estado a la baja y los anuncios de la reducciones de los precios han estado a la orden del día en la Prensa.No obstante, la situación del mercado mundial ha experimentado un sensible cambio en los últimos dos meses, a raíz de las decisiones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de reducir sensiblemente sus ventas con el Fin de mantener los precios. Asímismo, el estallido de la guerra de las Malvinas y el agravamiento de la guerra latente entre Irak e Irán han introducido una serie de interrogantes sobre la evolución de la oferta y de los precios.
Muchas compañías han puesto término a su política de reducción de existencias, en espera de que se clarifique la situación, lo que, indudablemente, ha provocado un cambio en la anterior tendencia depresiva de los precios del crudo.
Un hecho significativo de esta nueva tendencia es la reciente subida, con efectividad al primero de junio, de los precios del crudo del mar del Norte. Con un alza de dos dólares y medio, este petróleo vuelve a estar a unos niveles muy similares a los crudos OPEP, con lo que se ha roto el argumento de que los precios oficiales del consorcio eran desproporcionados a la situación del mercado.
La certeza de que los precios del crudo incluso pueden registrar una pequeña alza de aquí a finales de año -aunque, oficialmente, estén congelados- ha renovado los estudios de varios ministerios y las presiones de Hacienda para recuperar el desfase que, incluso desde la última subida, estaba siendo arrastrado en espera de una evolución más favorable de los precios internacionales. Por otro lado, en algunos medios se cree que la caída de la peseta, respecto a la moneda de pago del petróleo, puede continuar, sobre todo a la luz de los resultados de la economía española.
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