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El PSOE reitera su deseo de nacionalizar la red eléctrica de alta tensión

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) criticó ayer, en ocasiones con términos bastante duros, la revisión del Plan Energético Nacional (PEN) presentada por el Gobierno a la discusión del Parlamento, señalando que repite "los mismos errores" que el PEN aprobado en el año 1979: se intenta adaptar la demanda a la oferta disponible, se beneficia al sector eléctrico y la construcción de nucleares, se obvia una política realista de precios y se peca de timidez en la planificación de los subsectores del carbón y gas. El PSOE insistió, por otro lado, en su deseo de nacionalizar la red eléctrica de alta tensión y dejar en propiedad de una empresa nacional la red primaria de distribución de hidrocaburos, una vez que tenga que desaparecer CAMPSA.

Javier Solana, diputado socialista especialista en energía, manifestó ayer a este periódico que la revisión del PEN, aparte de llegar con retraso, como sucedió anteriormente con la primera versión del año 1979, vuelve a partir de premisas erróneas, ya que realiza "estimaciones muy optimistas e irreales sobre el crecimiento económico de nuestra economía y otras muy pesimistas sobre las posibilidades de ahorro energético".En este sentido, el PSOE reclama que se corrija el "error de partida" de la revisión del PEN, en lo que se refiere a la planificación de las necesidades energéticas. Para el PSOE, la elasticidad en cuanto al aumento del consumo debería situarse en un 0,7% (en lugar del 1%) con un crecimiento acumulativo del mismo del 2,5% en el decenio.

La diferencia en el cálculo de la elasticidad la sitúa el PSOE en las posibilidades de ahorro energético de este país. Asimismo, los socialistas estiman que el consumo previsto en el PEN para 1990, en torno a los 150 millones de TEC (toneladas equivalentes de carbón), es muy elevado y que debería hablarse de unos 130 millones de TEC.

"Desorbitado programa nuclear"

Aparte de esta crítica cuantitativa, el diputado socialista señaló que la revisión del PEN parte de concepciones cualitativas que, a su juicio, son equivocadas y que tienen su explicación en la necesidad de justificar el exceso de equipamiento que se tiene o planificó en 1979, especialmente en el subsector eléctrico. Aquí, el PSOE afirma que la revisión del PEN trata de justificar la prosecución del "desorbirtado programa nuclear" a través de un cálculo sobreestimado de consumo energético. El PSOE es partidario, como ha reiterado, de una demora en la autorización definitiva de las centrales nucleares proyectadas.Otro "error cualitativo" en el PEN lo ve el PSOE en la planificación de los subsectores del carbón y del gas natural. En el primero, el partido socialista acusa al Gobierno de "tímido" y señala que el incremento de su consumo que se ha producido en los últimos dos años se debe a que, exclusivamente, ha sustituido al petróleo. Para los socialistas, esto es poco y se debería ambicionar más.

Más crítico incluso es el PSOE en el frente del gas natural, donde llega a decir que existe intención en letra de desarrollar esta frente energética, aunque se carece de voluntad para hacerlo.

Según los socialistas, se ha disminuido el ritmo de construcción de la red de gasoductos, se lleva una política de precios y cargas fiscales que no favorece el desarrollo del gas, no se han impulsado los proyectos de conexión con Europa y Argelia y "en el balance previsto para el año 1990 se sigue planteando una participación excesivamente baja del gas (6,1 %) en contraste con la media de los países europeos".

Asimismo, el PSOE dice que no se están impulsando las sociedades de distribución de gas entre ENAGAS, poderes locales y autonómicos y la iniciativa privada, tal como se contempló en el primer Plan Energético Nacional (PEN).

En el subsector del petróleo, los socialistas señalan que se ha cometido un error en la planificación del tamaño de las unidades de transformación (FCC) que se pretenden instalar en las refinerías y que este error de traducirá en un exceso de capacidad de refino. "Con unas inversiones muy inferiores se podría haber conseguido lo mismo o más", declaró Javier Solana.

Otro punto destacado por el PSOE fue la necesidad de crear una empresa pública, dentro del ámbito del Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH) que se haga cargo de la red primaria de distribución de petróleo y productos derivados una vez que CAMPSA tenga que desaparecer.

Esta empresa, según el citado diputado socialista, podría llegar a acuerdos con las empresas privadas para permitir el uso de la misma, en contra de las pretensiones actuales de crear una sociedad mixta.

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