El interés menos interesante
Las cajas de ahorro vienen, de un tiempo a esta parte, aprovechando ese afán de lo gratuito que tiene nuestro país, para conseguir fondos mediante horteriles ofertas que convierten a estas entidades en un símil de aquellos vendedores callejeros que por veinte duros ta daban una cartera de plástico resistente a la sudorina, un bolígrafo de dos colores, y de permanente trazo discontinuo, un llavero con una Giralda brillante y un paquete de hojas de afeitar Better Mano Negra, que más que rasurar depilaban dejando surcos muy parecidos a los del arado romano. Y si bien es cierto que hasta la fecha no les había hecho mucho caso, el otro día me llamó la atención que, entre las invasiones publicitarias de mi buzón, se ofreciera por una de las cajas de ahorros un televisor y un vídeo, según se ingresaran 250.000 o 500.000 pesetas a plazo fijo de 24 meses, pero con el interés normal del de cuenta corriente. En vista de ello, me puse a investigar sobre este nuevo buhonerismo y las conclusiones a las que llegué no pudieron resultar más desalentadoras para unas entidades que, como ellas mismas alardean, son perseguidoras de bienes sociales. La primera de estas conclusiones es que, como resulta lógico, no regalan absolutamente nada, pero, incluso, sus ofertas están por debajo de lo que en intereses puedePasa a la página 12