Dos personas fallecieron y 1.700 recibieron auxilios médicos en la romería del Rocío

Más de 1.700 personas fueron atendidas sanitariamente en la aldea del Rocío durante los cinco días de la popular romería en honor a la Blanca paloma. Otras dos personas resultaron muertas, una por infarto de miocardio y otra al agravársele una larga enfermedad pulmonar que ya venía padeciendo. En medios oficiales se estima este balance como muy positivo, teniendo en cuenta la aglomeración de público que se produce en estas jornadas en torno al santuario de la Virgen del Rocío.

El gobernador civil de Huelva, Pedro Núñez, ha evaluado en un millón el número de peregrinos y curiosos que se han dado cita este año en la aldea -especialmente en el fin de semana cumbre de la romería-, población que en condiciones normales hubiese generado una mortalidad superior a los veinticinco individuos. Observadores y testigos no oficiales consideran que este año se ha concentrado menos público que los anteriores, aunque la cifra real supera ampliamente el medio millón de asistentes.Tampoco abundaron de manera especial los accidentes de tráfico (en uno de ellos resultó herido sin gravedad el cantaor flamenco Camarón de la isla) ni las detenciones de delincuentes habituales, menos numerosos que en otras concentraciones humanas inferiores.

Los dos únicos fallecimientos de que se tienen noticias fueron el de un vendedor ambulante natural de Sevilla, que fue encontrado muerto en el Camino de Moguer y que padecía tuberculosis, y el del sacerdote Juan Felipe Vilena, capellán de la Hermandad del Rocío de Córdoba, que sufrió un infarto y murió en la residencia sanitaria de Huelva, a donde fue trasladado.

Evacuación en ambulancias

Con respecto a los heridos, hay que indicar que solamente ochenta de ellos tuvieron que ser evacua dos en ambulancias hacia centros sanitarios convencionales, ya que los demás fueron atendidos en el hospital ambulante que ha presta do sus servicios en el Rocío, equipado con una unidad móvil de cuidados intensivos y otra de cardiología. La mayoría de ellos sufrían fracturas leves, desmayos y contusiones, provocadas por caídas de caballo, intoxicación etílica y otros motivos semejantes propios de la romería. Un total de setecientas personas cuidaron del recinto y sus eventuales habitantes, entre médicos y auxiliares sanitarios, Policía Municipal, Guardia Civil y bomberos. La Cruz Roja efectuó un fuerte despliegue, con 150 miembros destacados voluntariamente en la romería.