_
_
_
_

El informe sobre la situación sindical en Polonia centrará los debates en la Organización Internacional del Trabajo

Un reciente informe sobre la situación sindical en Polonia, de Nicolás Válticos, que viajó a ese país en calidad de representante de Francis Blanchard, director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), podría atenuar los ánimos de los países occidentales sobre el caso polaco, que hasta hoy, día de la inauguración de la 68ª Conferencia de la OIT, amenaza con transformarse en un tema altamente disociador entre Oeste y Este.El presidente de Francia, François Mitterrand, inaugura hoy la Conferencia Internacional del Trabajo, en un viaje relámpago a Ginebra de no más de cinco horas. De su discurso de apertura, del tratamiento que dé o no al caso polaco, dependerá también, según los observadores, el rumbo que tome la conferencia, que agrupa a más 1.800 delegados de Gobiernos, empleados y trabajadores de todo el mundo.

La sola aceptación de la misión Válticos, hace quince días, por parte del Gobierno polaco, "después de numerosas entrevistas y discusiones" que tuvo Blanchard con dicho Gobierno, parecía que podría jugar un papel pacificador, además de la imparcialidad y alta calidad del informe.

La misión Válticos (10 al 16 de mayo) se produjo inmediatamente después de las manifestaciones callejeras y otras que se registraron en Varsovia y provincias el 1 de mayo y después. Durante su estancia en Polonia, pudo entrevistarse con viceprimeros ministros y cuatro ministros.

Entrevista con Walesa

Según el informante, habló con Lech Walesa el 14 de mayo "en el lugar donde se encuentra actualmente internado, a cierta distancia de Varsovia. Estaba", dice Válticos, "en buenas condiciones físicas y morales, tranquilo y en absoluto tenso, y con viva capacidad de réplica". "El Gobierno y el movimiento sindical", sostuvo Walesa, "están actualmente como boxeadores bloqueados", expresando su convencimiento de que todavía es posible un entendimiento, "aunque el desbloqueo es difícil".El líder de Solidaridad, que afirmó no haber tenido "entrevistas serias" con miembros del Gobierno desde hace dos meses, sostuvo que la acción sindical se había debido a un concurso de circunstancias, que él Gobierno quería poner en marcha una reforma económica y que ciertamente Solidaridad no quería tomar el poder, sino que deseaba proceder a verdaderas elecciones para que la escala de base fuera representativa. Añadió que se habían producido errores y se mostró partidario de un entendimiento nacional.

En cuanto al aspecto estrictamente político del problema Walesa, según el informe, garantizó el papel dirigente del partido y el carácter socialista del sindicato, que no tendría que avergonzarse de su acción y que cometería menos errores y falsos pasos.

El autor de informe, Nicolás Válticos, entre las conclusiones y sugerencias finales, expresa claramente que "en la situación actual la hora de la reconciliación nacional y de la pacificación de los ánimos no debería ser retrasada".

Señala dos elementos todavía alentadores: "En primer lugar, las grandes líneas del 'documento sobre el porvenir del movimiento sindical', elaborado en enero 1982 por el comité del Consejo de Ministro para los asuntos sindicales prevén el retorno a un sindicalismo independiente y autogestionario; en segundo lugar, varios de los miembros del Gobierno, con los cuales me entrevisté, insistieron en la intención de restablecer una actividad sindical normal, y se me sefialó incluso, por parte de algunos, que se volvería a un sistema pluralista y que en los cambios se tendrá en cuenta la opinión de la OIT".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_