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La decisión del Banco de España de revalorizar el oro supuso en el primer trimestre una pérdida de 400 millones de dólares

Las reservas internacionales del Banco de España han podido registrar una caída contable a finales de marzo de unos 1.580 millones de dólares (158.000 millones de pesetas), según un reciente estudio sobre la evolución monetaria en el primer trimestre de 1982 realizado por la Asociación Española de Banca Privada (AEB). De esta disminución de reservas, según el citado estudio de la patronal bancaria, unos 400 millones de dólares (40.000 millones de pesetas) corresponden a pérdidas derivadas de la decisión del Banco de España de revalorizar sus existencias de oro.

Con evidente discrepancia en la cuantificación, el Banco de España ha reconocido esta pérdida de reservas derivada de la revalorización del oro en diciembre pasado, y se ha visto obligado a reajustar a la baja el valor de estas existencias en las últimas se manas. A 30 de abril pasado, como consecuencia de la pérdida de cotización del oro en los mercados internacionales, el valor de la contrapartida en pesetas de las citadas existencias se situaba en 273.121,8 millones con una reducción de 10.123,8 millones sobre lo calculado a final de marzo, según el Banco de España. Con anterioridad, según hizo público al informar del reajuste a la baja de sus existencias de oro a finales de abril, el Banco de España había procedido ya, a finales de marzo, a disminuir la valoración de sus reservas en este metal.

Una operación poco oportuna

En el primer trimestre de 1982, según el citado estudio de la banca privada, la posición exterior del Banco de España, medida en pesetas, ha registrado un descenso de un poco más de 100.000 millones de pesetas, que es equivalente a algo más de 1.180 millones de dólares.Según la AEB, el saldo de reservas exteriores netas del Banco de España, que a finales de 1981 ascendía a 15.337 millones de dólares, valorando las tenencias de oro (14.610.000 onzas troy, de 3 1,1 gramos) a 298 dólares por onza, en vez de a 42,22 dólares por onza, ha descendido en tres meses a 14.052 millones de dólares.

Indirectamente, el estudio hace referencia a la actualización que hizo el Banco de España, a finales del pasado mes de enero, de sus reservas de oro. El precio fijado entonces para sus reservas fue de 298 dólares por onza, frente a los 42,22 dólares (último precio oficial) en que tenía valoradas cada una de sus 14,6 millones de onzas. Esta operación, según anunció el Banco de España, supuso un incremento en el valor contable de las reservas españolas de 3.753,9 millones de dólares.

El estudio de la AEB recuerda que, después de diciembre de 1981, el precio del oro ha sufrido un fuerte descenso, del cual se ha recuperado algo recientemente como resultado de las nuevas tensiones internacionales. "Aplicando la fórmula usada (por el Banco de España) para la revalorización, el precio del metal habría descendido a alrededor de unos 260 dólares onza, por lo que en el balance definitivo de marzo quizás se registre una caída contable en el valor de las reservas internacionales de aproximadamente unos cuatrocientos millones de dólares adicionales a los 1.180 millones de dólares mencionados anteriormente".

Comparando la posición exterior del Banco de España, que representa las reservas centrales netas en oro y divisas medidas en pesetas, con la captación neta de recursos exteriores por las entidades del sistema crediticio, todavía resulta -según el estudio de AEB- un saldo neto negativo estimado de 436.000 millones de dólares. Este saldo negativo es más elevado que el registrado en noviembre de 1981 antes de la revalorización del oro. En realidad, añade el informe, excepto el correspondiente a diciembre de 1981 antes de dicho ajuste contable, es el saldo negativo más fuerte desde diciembre de 1973.

Las reservas, distorsionadas

Según la AEB, a pesar de la revalorización del oro, el saldo de la posición exterior del sistema crediticio todavía está distorsionado. Distorsión que se produce "porque las reservas internacionales del Banco de España, que representan el activo, se contabilizan en pesetas a un tipo de cambio que es resultado de los tipos de cambio de entrada y salida, mientras que el pasivo, que está en manos del resto del sistema, se lleva al balance del sistema crediticio contabilizando el saldo en divisas de la banca privada, cajas de ahorro y entidades oficiales de crédito al tipo de cambio de la fecha del balance".Si se valorase la reserva extenor del Banco de España al tipo de cambio que prevalecía a finales de marzo, según la AEB, los 14.052 millones de dólares del saldo de reservas exteriores netas representarían unos 1.490 miles de millones de pesetas.

Esta última cantidad, comparada con el pasivo del resto del sistema (1.477 miles de millones de pesetas), significa que, contabilizando el activo y el pasivo en términos homogéneos, la posición exterior neta del sistema crediticio no es negativa sino ligeramente positiva.

Sin embargo, añade la AEB, el hecho de que después de la revalorizacion del oro, la posición neta del sistema crediticio sea sólo de unos 10.000 millones de pesetas, es decir, nada más que unos cien millones de dólares, induce a pensar que, de continuar contrayéndose este saldo, pronto habrá que centrar el análisis sobre la adecuidad de las reservas líquidas.

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