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Reportaje:

El paro convulsiona el cinturón rojo de Madrid

Los alrededores industriales de la capital viven momentos de inmigración de muchas familias hacia sus pueblos de origen, empujadas por la falta de actividad remunerada

Hace más de veinte años el paro y el hambre les hizo malvender las cuatro tierras, si las tenían, y buscar el futuro en torno a las grandes ciudades. Era mano de obra barata y dócil. Se especializaron en oficios. Sus hijos crecieron entre el asfalto. Surgían empresas que absorbían a familias enteras y les daban la casi seguridad de un trabajo para toda la vida. Madrid, por el sur, limitaba con lo que comenzó a denominarse cinturón rojo. Luego vino el cierre de fábricas, los despidos. Ahora, el paro y el hambre vuelve a empujarles hacia sus lugares de origen.

En las plazas de los pueblos de la periferia sur se reunen a diario hombres de treinta, de cuarenta, de cincuenta años. Los bares de los pueblos de la periferia sur están llenos de jóvenes y hombres que matan las horas delante de una cerveza, que echan cinco duros a la máquina con la remota esperanza del golpe de suerte. En los pueblos de la periferia sur los parados aumentan cada día. En los pueblos de la periferia sur es fácil que, en cualquier momento salte la chispa, el latigazo que no podrán controlar ni sindicatos ni Gobierno. Los pueblos de la periferia sur son un polvorín que puede estallar en cualquier momento.Crecimiento laboral

Según los estudios publicados por la Cámara de Comercio e Industria de Madrid el pequeño crecimiento de la población de Madrid en los últimos años tiene sobre todo causas laborales. La población de Madrid capital registra una tendencia hacia el estanca miento y se ha dado producido en los últimos años un fuerte crecimiento en las poblaciones de la periferia. Móstoles, Getafe, Alcorcón, Leganés, por referirse sólo a los de la periferia sur, han duplica do, cuando no triplicado su población. Así, Leganés ha pasado de 57.537 habitantes en 1970 a mas de 150.000 en 1980 y Getafe y Alcorcón rondan los 130.000 habitantes. Hace diez años su población no superaba los 47.000.

Las cifras oficiales resultan ya alarmantes. En la provincia de Madrid son casi 200.000 los parados registrados en las oficinas de empleo. En Parla el paro registrado se acerca a los 5.000. En Vallecas son 14.761, más de 12.500 en Villaverde. En Leganés son 8.301. Móstoles da unas cifras de paro de 10.213 y Alcorcón supera los 7.000. Pero todos coinciden en afirmar que son datos que no corresponden a la realidad. El número real supera esta cifra porque según aseguran CC OO y UGT, mucha gente renuncia a registrarse ante la inutilidad de la medida". En Getafe, el alcalde afirma que los parados reales rondan los 9.000, frente a los datos de las oficinas de empleo que dan una cifra de paro registrada de 6.649.

El número de empleos viene disminuyendo en los últimos años en forma que los sindicatos califican de "alarmante". Sólo en los últimos tres meses se habían producido 13.457 despidos por la vía del Instituto de Mediación Arbitraje y Conciliación (IMAC). "Los empresarios", dice Salce Elvira, de la secretaria de Empleo de CC OO, "prefieren invertir en despedir antés que en reconvertir sus industrias, en alcanzar el grado de teconología necesaria que las haga competitivas".

Porque una de las razones que según Salce Elvira han provocado la caida del empleo, la destrucción de puestos de trabajo, es "la absoluta falta de criterios a la hora de crear industrias, la idea empresarial de máximo beneficio y nulas inversiones y unos empresarios muy poco preparados, poco profesionales que po han visto más alla de la ganancia rápida y fácil, sin visión de futuro".

Para el gabinete técnico de la Unión Provincial de Madrid de UGT, la concentración en un reducido número de kilómetros cuadrados de la décima parte de la población española, con la capacidad de demanda que conlleva, ha sido factor determinante para la ubicación de un número considerable de industrias. Este crecimiento industrial, con la creación de puestos de trabajo que supone tanto en la propia industria como en los servicios ha convertido a Madrid en un importante polo de inmigración.

Una vez que se inicia la crisis, es Madrid quien va a sufrir más sus consecuencias. A ello habría que sumar según el gabinete técnico de la Unión provincial de UGT de Madrid, que la actividad industrial presenta en esta provincia una gran atomización. Según datos de UGT sólo sesenta empresas superan el número de quinientos empleados en la provincia de Madrid y 14.923 no llegan a los seis empleados. Esto, a juicio de esta central, provoca una fuerte deficiencia en la organización y gestión de la empresa y una importante dependencia tecnológica.

Poblaciones de parados

El llamado cinturón rojo de Madrid, con la llegada de la crisis ve cómo se destruyen continuamente los puestos de trabajo. Las poblaciones de la periferia sur comienzan a ser poblaciones de parados. Los expedientes de regulación de empleo, las suspensiones de pagos, las reducciones de jornadas han sido la constante en los últimos años. Las reestructuraciones sectoriales los sindicatos calculan que se perderán unos 80.000 o 90.000 puestos de trabajo en toda España como consecuencia de las mismas- han sido los instrumentos utilizados por los empresarios españoles para salvar la crisis.

Las reestructuraciones sectoriales, además, presentan para los sindicatos otra peculiaridad. Se financian con fondos públicos, exigiendo unna moderación salarial y una reducción de plantillas a cuenta del resto de la sociedad. "Y luego el Gobierno", dice Salce Elvira, "no quiere estar presente en la comisión de seguimiento, no quiere controlar el empleo de ese dinero. Así ocurre que se dan graves incumplimientos por parte de las empresas que no tienen ninguna respuesta de la Administración".

Comienza la miseria

"Rara es la familia en la que no hay algún parado y la situación", dice Salce Elvira, "se va agravando por momentos". Aunque en el mes de abril se ha detectado un lígero descenso en los índices de paro, la tendencia ha sido en los últimos meses creciente. Y paralelamente se ha dado un decrecimiento en la cobertura de desempleo. Según afirman los sindicatos son cada vez menos los trabajadores que reciben algún tipo de subsidio. La aplicación de la Ley Básica de Empleo que vino a sustituir a la Ley de Seguridad Social ha incrementado el desámparo de los trabajadores sin empleo.

Según datos de UGT, de los 6.649 desempleados registrados en la oficina de empleo de Getafe, sólo el 42,78% recibía algún tipo de cobertura. Porcentaje similar al de Móstoles (el 42,35% de los 10.213 desempleados registrados). Prácticamente en todas las poblaciones sólo la mitad de los obreros en paro tienen cobertura de desempleo. El resto no cuentan con ningún tipo de ayudas, bien porque hayan agotado las prestaciones o porque no tienen derecho a ellas al no haber tenido antes un empleo anterior.

De acuerdo con las afirmaciones de Salce Elvira, la Ley Básica de Empleo "ha sido un ataque a los trabajadores. La nueva ley exige más tiempo de cotización y disminuye la cobertura. A ello hay que añadir que paralelamente se tiende hacia la disminución del tiempo de los contratos, con lo cual se está dando la circunstancia de que muchos trabajadores que el paro convulsiona el cinturón rojo de Madrid finalizan el contrato de trabajo se encuentran con que no han cotizado los suficiente para tener derecho a las prestaciones".

Así se da el caso de familias que se encuentran en situación de práctica miseria. "Al estudiar los casos del fondo especial recogido en el Acuerdo nacional sobre Empleo para los trabajadores que han agotado las prestaciones, recibimos solicitudes increíbles. Familias que no tienen nada. Es una labor cómo la que viene haciendo Cáritas".

La miseria, según los sindicatos comienza a convulsionar el cinturón industrial de Madrid. "Y gracias a que funciona la institución familiar y todavía el parado encuentra un plato de comida junto a sus padres. La mujer se va incorporando a un mercado de trabajo marginal, se hace lo que sea por un sueldo. Y, a la vez, cada vez participa con mayor fuerza en las reivindicaciones de sus maridos".

En las últimas jornadas de protesta la mujer ha acompañado al marido en las manifestaciones, ha llevado pancartas y ha gritado pidiendo soluciones frente a los expedientes de empleo. "Nosotras somos quienes más sufrimos. Somos nosotras quienes administramos el dinero, quienes tenemos que ir a la compra y quienes, en muchos casos estamos obligadas a buscar el dinero necesario".

Pero a pesar de todo, hay familias que han comenzado a visitar los albergues municipales y jóvenes que se pasean por el dudoso filo de la ilegalidad. Son, según datos de CC OO, 25.000 jóvenes los que cada año buscan un lugar en el mercado de trabajo madrileño. En la provincia hay cerca de 50.000 registrados sin empleo anterior.

El 20,23% del desempleo en la provincia de Madrid corresponde a jóvenes menores de diecinueve años y el 23,58% son jóvenes de veinte a veinticuatro años. Los ayuntamientos no saben qué hacer con una población juvenil que no encuentra empleo y que tampoco puede seguir sus estudios por falta de medios económicos.

El paro en las poblaciones industriales está gestando un fenómeno que preocupa a los sindicatos. La desesperación de los parados está arrastrando a las organizaciones sindicales a posturas cada vez más radicalizadas. Se plantean así acciones como la huelga de Getafe o la de Ripollet, en Barcelona, o las acciones previstas por los sindicatos para los primeros días de junio. Las actitudes negociadoras de los sindicatos se van viendo desbordadas por una dinámica de protestas y movilizaciones.

Se vuelve a un sindicalismo de lucha, por encima de un sindicalismo negociador. Y los dirigentes sindicales se plantean estrategias acordes con la nueva situación. "Los sindicatos, confesaba uno de sus más destacados miembros, se encuentran desbordados por la situación. Todos nuestros esfuerzos se encuentran centrados en encontrar una salida al paro". Las huelgas de Getafe han saltado fuera de Madrid y han obligado a replanteamientos y análisis nuevos. Luis Solana decía ante más de 15.000 personas concentradas en el campo de las Margaritas, en apoyo a Kelvinator: "Madrid despierta. La defensa del puesto de trabajo hay que hacerla en la calle".

Un destacado sindicalista señalaba hace unos días que "el paro es un elemento desestabilizador. Y de eso no parece darse cuenta el Gobierno. El paro es muy peligroso por las graves consecuencias que puede acarrear". Los parados saben, como decía un representante de Kelvinator en la pasada huelga de Getafe, que mañana seguirán parados y que al volver a la fábrica se encontrarán con la amenaza del despido.

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