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Gordillo, el hombre más alegre de la selección

"A mí no me gustaba hincar los codos encima de un libro. Hice los estudios primarios y empecé a ranquear en casa. Mi padre fue cómplice en que yo me dedicara al fútbol. El habíajugado en segunda división y siempre me decía que podía llegar. Cuando jugaba en juveniles me salí a trabajar. No estudiaba y no ganaba dinero, así que fui a un taller mecánico chapista a sacar unos duros, pero duré tres días, era un taller pequeño y no aguanté, me tenía que levantar a la s seis de la mañana, acababa a las nueve de la noche, estaba todo suéio...".Rafá es casi un mito en Sevilla. Desde hace algunos años es el jugador más cotizado del lugar. En su familia, que es larga, él es el rey. Y a él le gusta. Cualquier día, sin embargo, se cansará de que le reconozcan por Friana, o por el laberinto de casas floridas del barrio de Santa Cruz. En su casa recortaron durante mucho tiempo todos los periódicos en los que él aparecía; ahora ya no lo hacen, "tengo un par de bolsas llenas y ya no sé dónde meterlos; a mi mujer le digo siempre que cuando acabe esto del fútbol vamos a tener que vender el papel al peso".

Historial

Nombre: Rafael Gordillo.Edad: 25 años. Estatura: 1,76 metros. Peso: 72 kilos. Club: Real Betis. Internacional: Cuatro veces olímpico, una vez sub-21, tres veces sub-23 y 29 absoluto. Estado civil: Casado, dos hijos.

Gordillo es un chico de barrio, del sevillano polígono de San Pablo. "Allí me crié y allí mantengo mis amistades". Cuentan que un día decidió instalarse en el centro de Sevilla, pero le entró la angustia de no bajar a la plazuela a charlar con sus amigos y regr eso a su barrio de siempre. El 23-F le pilló en la "plazuela; nos enteramos sobre las nueve y media de la noche y allí nos quedamos. Al cabo de un rato miré el reloj; vi que era hora de volver a casa y me marché". Nunca jamás un navajero le apuntó al ombligo; aquel "es un barrio muy conflictivo, pero es difícil que pase algo entre nosotros; nos conocemos todos desde hace años y caminamos tranquilos por las calles". Le gustan los anillos. En la mano lleva tres de oro. Da limosna a las mujeres que le piden por la calle. "Las veo con un niño pequeño en brazos, con aquella ropa, y me da lástima". No se deja limpiar los zapatos por los limpias que recorren Sevilla a la busca del nuevo señorito clase media. "No me gusta. Alguna vez pongo el pie en la butaquilla sólopara que un limpia que va mucho por el club se gane algo".

A Gordillo, Gordo le llaman sus compañeros en la selección española y en el Betis, también le gustaría volverse niño de vez en cuando. "Te olvidas de todo, yo creo que lo haría todo el mundo". Su recuerdo imborrable lo tiene en Los Angeles, Estados Unidos; "cuando hicimos la gira de la selección de sub-21 nos llevaron a Disneylandia. Parecíamos niños chicos todos. Estuvimos allí dos horas nada más y para verlo completo tendrías que llevarte dos días, un bocadillo y no marchar nunca. Nos montamos en tres cosas. En la cueva del pirata parecía que todo tenía vida, incluso el mar. Lo pasamos mu bien".

Rafael Gordillo estará el próximo día 23 en Sevilla, la fecha en que el pueblo andaluz escoge su Parlamento. Rafael jura no entender nada de política: "no conozco a los políticos, no entiendo, no me interesa". Tampoco sabe si votará porque, hasta la fecha, confiesa no haberlo hecho nunca. Dice sí al divorcio "porque si dos personas no se entienden debe ser un martirio vivir juntas toda la vida", y defiende el aborto en función de las circunstancias que lo rodeen; "por ejemplo, una mujer soltera que tenga un fallo".

Gordillo es un hombre querido en la selección española de fútbol. Al margen de sus cualidades como jugador, que nadie discute, el Gordo es algo así como el niño revoltoso a quien no puedes perder de vista un momento porque te hace una trastada, y el niño entregado cuando las cosas van mal. Además, hace de todo para que el tiempo de ocio en la concentración no se convierta en tiempo de tedio. Si pilla una guitarra, entona unos fándanguillos, toca palmas, se arranca por sevillanas en una esquina cuando menos te lo esperas, gasta bromas, cuenta chistes y se inventa historias.

Pregunta. ¿Sabe usted cuánto vale?

Respuesta. No tengo ni idea de lo que valgo. Además, no sé de qué me serviría. Yo no pongo precio, que lo pongan ellos.

P. ¿Le gusta el dinero?

R. Lo necesito para mantener a mi familia y que no falte nada; me tiene que gustar a la fuerza.

P. ¿Está usted bien pagado?

R. Sí, pero creo que debería cobrar más. El Betis paga bien, pero si me traspasara ganaría un dineral. Qué le vamos a hacer, no me dejan salir.

Gordiflo es el único jugador de la selección que juega con las medias caídas, con las canillas al aire; en el colegio había uno que se apellidaba Delgado y era una mole. Yo me llamo Gordillo y soy así de pequeño. Lo de las medias caídas es una vieja costumbre. Intenté algunas veces ponerme espinilleras porque sé que si me dan me joroban. Y me las puse un día y me atizaron dos patadas en la rodilla; entonces me dije que si quieren que apunten más abajo".

P. ¿Es ingrato jugar en la defensa?

R. Es la zona más fea. Estar adelante y meter goles parece bonito, ¿no? Pero yo me encuentro a gusto porque siempre tiro hacia adelante.

Gordillo se confiesa católico no practicante: "rezo para mis adentros y creo"; no piensa en la muerte porque "me asusta"; le da miedo el avión porque "cuanto más me monto, peor lo paso"; nunca viajó en barco: "ni quiero tampoco porque dicen que dan mareos; el agua me da más miedo que el aire"; es supersticioso: "mucho, lo del número trece, el gato negro, la escalera, yo me quito la cadena muchas veces antes de jugar y la beso, me pelo cuando las cosas no salen bien"; su vino preferido es el rioja: "los finos me gustan, pero sólo los días de feria", y cuenta a regañadientes que una vez visitó un burdel: "hace tiempo, yo era un crío, un chaval, y no ligamos ese día, no teníamos dinero".

Rafael Gordillo nació en Almendralejo (Badajoz) y a los diez días sus padres se trasladaron a Sevilla. "Yo no reniego de mi tierra, pero creo que soy andaluz y sevillano; en Sevilla lo mamé todo". Para él el matrimonio es la situación ideal del jugador de fútbol: "es la única forma de Revar una vida ordenada"; llora las desgracias familiares: "la última vez fue la muerte de un amigote"; no le gusta circular por carretera y pien sa que formar parte de la selección española en el Mundial es "lo más importante que le puede suceder a un jugador de fútbol".

P. ¿Lee la crítica deportiva?

R. Sí, y cuando no lleva razón me disgusta. El jugador sabe mejor que nadie cuándo ha estado bien o mal.

P. ¿Dejaría su puesto si con ello se garantizara el triunfo de la selección española?

R. Sí.

P. ¿Quién ganará el Mundial?

R. Hay tres o cuatro selecciones en boca de todos. Yo creo que si todos le echamos coraje, España tiene que contar, ¿no?

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