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El primer ministro portugués, Pinto Balsemao, considera la Prensa libre 'imprescindible' para la democracia

Francisco Pinto Balsemao, primer ministro portugués, presentó ayer el segundo debate de la 31 Asamblea General del IPI, en torno a Relaciones entre Gobierno y Prensa en las sociedades libres. El político luso, antiguo periodista, afirmó que no es posible la existencia de un poder verdaderamente democrático sin Prensa libre y respeto al derecho a expresarse. En el debate, que polarizó la atención de los asambleístas y del público, intervinieron como ponentes, bajo la presidencia de Henry Grunwald, director del semanario norteamericano Time, Antonio Fontán, antiguo ministro de Administración Territorial con el Gobierno Suárez y ex director del desaparecido diario Madrid, clausurado por orden gubernamental durante el régimen anterior; Richard Francis, director general de la BBC, de Londres, y Shirley Williams, fundadora del Partido Socialdemócrata británico y ex ministra laborista de Educación.

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Informe sobre la Prensa española en la transición

Pinto Balsemao, que fundó y dirigió durante siete años el semanario L'Expresso, de Lisboa, se refirió a la democracia como sistema comunicativo y dijo que ningún régimen merece tal nombre si no es un medio adecuado para el desarrollo de la Prensa libre.El mandatario portugués explicó la dificultad del proceso de reconstrucción de una Prensa libre en su país, "que persistirá mientras subsista un Consejo de la Revolución", e indicó que en toda transición hacia la democracia, como las que han vivido Portugal y España, los medios de comunicación se convierten en objetos ambicionados.

Al hablar de la situación en Portugal, explicó que gran número de medios de comunicación habían pasado bajo control público, de hecho, tras la revolución de 1974, como consecuencia de la nacionalización de instituciones financieras, pero que la nueva, situación también había permitido la aparición de muchos nuevos periódicos privados, que en estos momentos representan más de la mitad de la circulación de diarios y una opinión de gran peso e influencia. "Más importante aún que la propiedad de los periódicos", dijo, "es la independencia y la calidad del trabajo de quienes los hacen".

Pinto Balsemao se mostró partidario de que el poder político esté equilibrado con el poder crítico de la Prensa y terminó afirmando que, al igual que pensaba cuando era periodista, hoy mantiene que "la política es demasiado importante para dejarla sólo en manos de los políticos".

Williams: "Influencias y presiones"

Tomó la palabra a continuación Shirley Williams; analizó primero los peligros que amenazan a la Prensa y propuso luego medios de autocontrol para evitar la intervención gubernamental, de acuerdo con el ejemplo británico.Respecto al primer tema, la dirigente socialdemócrata afirmó que ninguna democracia lo es de forma absoluta cuando se enfrenta a los medios informativos, "porque todas mantienen ciertas formas, más o menos sutiles, de presión y control". Dijo que la Prensa en una dictadura está prácticamente muerta, y que en un régimen de libertades corre peligros, como la concentración en pocas manos, "sea económica o ideológica", o la trivialización de las palabras, hasta arrebatarles su sentido.

Williams se preguntó hasta dónde está justificada la intervención gubernamental para la restricción de ciertos contenidos, por ejemplo, la pornografía; sugirió que la Prensa debe adelantarse a una iniciativa de este tipo, creando sus propios organismos de autolimitación que eviten intervenciones ajenas, como ya ocurre en el Reino Unido, y propuso al IPI que abra una reflexión sobre esta posibilidad.

Comentó el ejemplo de la BBC, que es una empresa pública, pero cuya credibilidad "no viene de su relación con el Gobierno, ni de haber tocado el tambor imperialista", porque la verdad es siempre la mejor propaganda.

Habló del tratamiento del terrorismo y dijo que existen límites a la hora de informar, pero nunca políticos, sino de índole moral y profesional. No obstante, opinó que "los terroristas han utilizado muy bien la Prensa", porque es díficil para ésta mantener el equilibrio entre la información y la manipulación cuando se trata de dar cuenta de un asesinato especialmente dramático o de una huelga de hambre prolongada, aunque se mostró partidaria de que el Gobierno, en este terreno como en el de la guerra de las Malvinas, "deje hablar a los que son críticos con su política, y en todo caso, que sean éstos quienes comprendan la inconveniencia de hacerlo".

Afirmó, para terminar, que resulta esencial un reconocimiento mutuo, entre Gobierno y Prensa, de las limitaciones de su poder, y que los nuevos métodos masivos de difusión pueden facilitar un caudal más amplio y accesible de información, o una concentración que puede facilitar el totalitarismo.

Fontán: "Tensiones Gobierno-Prensa"

Antonio Fontán, que habló en último lugar, agradeció al IPI su atención a los problemas de la Prensa en España, en especial durante los últimos años, y dijo que cuando se pasa de un régimen autoritario a otro democrático, como ha sucedido en nuestro país, "no basta proclamar los principios en las leyes hace falta que calen en la conciencia social".En los países democráticos, añadió, existen tensiones que reflejan los roces entre el poder político y la Prensa, porque resulta lógico que el primero se vuelque hacia la opinión pública y trate de conquistarla. Otras tensiones se originan en cada uno de los dos polos cuando los gobiernos tratan de forzar su captación de la opinión pública, e intentan ciertas manipulaciones de los medios informativos, o cuando éstos solicitan privilegios, a título individual o corporativo.

Fontán propuso como situación ideal la de "un equilibrio dinámico" entre los medios de comunicación y el poder, lo que, por parte de los gobiernos, implicaría una renuncia a promulgar leyes especiales en materia de información, "porque todas acaban atentando contra la Prensa", y por parte de los medios informativos, el sometimiento a las leyes del mercado y a la legislación ordinaria.

Respecto a la situación en España, Fontán explicó el papel de la Prensa en la transición democrática, se felicitó de la próxima desaparición de los periódicos del Estado, calificó de satisfactoria la competencia entre la radio privada y la oficial, pidió que se acelere la posibilidad de establecerla también en el terreno de la televisión.

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