Balance triunfalista del presidente de la Diputación General de Aragón

Todo marcha bien en la Diputación General de Aragón y si hay problemas solo se deben a insuficiencias institucionales propias de la etapa preautonómica. Esto cabría deducir de las palabras de su presidente, Gaspar Castellano, que ayer hizo ante los medios informativos, el balance de un año de gestión al cumplirse el primer aniversario de su acceso al cargo.Gaspar Castellano que sustituyó a Juan Antonio Bolea, también de UCD, estima que la misión "dura y difícil" que se impuso al situarse al frente del organismo preautonómico aragonés, la ha cumplido, que se ha podido trabajar y que no ha habido dificultades.

El Estatuto aragonés, que todavía se encuentra en la fase de información en ponencia tras múltiples retrasos y suspensiones -cuando Aragón fue pionero en recibir el decreto de preauitonomía-, no es competencia de la Diputación General. En opinión del presidente Castellano, el nivel no es más alto ni más bajo, sólo diferente. La Diputación General es únicamente el órgano ejecutivo y lo que pasa es que falta el órgano político. "Hay una insufici encia institucional", repitió, "y ahora empieza a ser urgente, aunque siempre lo haya sido, el conseguir la autonomía".

Por las mismas insuficiencias y problemas técnicos y administrativos, no se ha cumplido el calendario de trasferencias -aunque esto no sea lo fundamental en el parecer del presidente-.