El Gobierno vasco e Iberduero deciden replantearse el futuro de la central de Lemóniz

Viene de la primera páginaEl asesinato del ingeniero Pascual Múgica ha supuesto un duro golpe para las expectativas creadas, por el compromiso político que representó la constitución de la sociedad pública vasca para la gestión de la Central de Lemóniz. Ahora se ha de retornar al punto de partida. A este respecto ya se ha anunciado la convocatoria de una reunión en Madrid para el próximo miércoles, entre el Ministro de Industria, representantes del Gobierno vasco, y miembros del consejo de administración de Iberduero.

A última hora de la tarde de ayer, el ministro de Industria Ignacio Bayón, con quien se había entrevistado a mediodía Gómez de Pablos, acudió al palacio de la Moncloa para informar al presidente de Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, de esta decisión de Iberduero. A este encuentro también acudió el vicepresidente la situación creada por el nuevo asesinato de ETAm en la persona de un técnico superior de la compañía. Las atribuciones de la sociedad de gestión de Lemóniz no tienen valor hasta la puesta en marcha de la central.

No obstante, las repercusiones políticas que podría tener una decisión de este tipo están motivando una serie de reuniones, que previsiblemente tendrán su punto final en la entrevista entre el lendakari Carlos Garaicoetxea y el presidente de Iberduero Gómez de Pablos, que se inició anoche en Bilbao.

En la tarde del pasado jueves, poco antes de que se reuniera el consejo de administración de Iberduero, la decisión de paralizar las obras era prácticamente firme. En este sentido, se apuntaba en medios de la capital vizcaína, se habría producido la consegundo del Gobierno para Asuntos Económicos, Juan Antonio García Diez.

Fuentes de la Administración informaron anoche a EL PAÍS que en ningún momento de las conversaciones se planteó la posibilidad de abandonar o cerrar definitivamente las obras de la central. El único planteamiento que se hizo fue la paralización de las obras, situación en la que la central se encontraba desde el asesinato del ingeniero jefe de la obra, José María Rayan, hasta que hace dos semanas los técnicos comenzaron a reincorporarse al trabajo.

En estos momentos Iberduero tiene capacidad para decidir la paralización de las obras de la central nuclear. Para ello no tendría mas que cursar un informe perceptivo al departamento de Trabajo del Gobierno vasco, comunicando su decisión en base a vocatoria de la compañía a los contratistas de las obras de Lemóniz, con quienes se reunieron a última hora de la noche del mismo jueves los máximos responsables de la compañía.

Previsiblemente en la reunión del consejo de administración se realizaron algunas consideraciones que hicieron detener lo que hasta pocas horas antes parecía una decisión inapelable: la paralización de la obras de la central nuclear. A partir de aquí se concertó la entrevista con el Ministro de Industria, celebrada a última hora de la mañana de ayer.

La crispación de los máximos responsables de Iberduero era patente, según testimonios recogidos en medios allegados a la compañía, y posiblemente se consideraba como poco enérgica la respuesta que el Gobierno vasco había dado al asesinato del ingeniero Angel Pascual.