Las anilidas en el síndrome tóxico
En el reportaje dedicado al primer aniversario del síndrome tóxico (EL PAÍS, 1 de mayo) se vierten algunas opiniones que considero obligado puntualizar, en la medida que aluden directamente a ciertas investigaciones desarrolladas en el programa del CSIC para el síndrome tóxico en torno al carácter sensibilizante de las anilidas. Los datos experimentales que disponemos demuestran, inequívocamente, que las anilidas de ácidos grasos determinan la aparición de anticuerpos específicos en el conejo, tanto si se administran por vía intraperitoneal o subcutánea como si se suministran por vía oral, directa o incorporadas a la mezcla alimenticia. Con independencia del posible significado patogénico de este hallazgo, del que EL PAÍS se hizo ampliamente eco (EL PAÍS, 4 de abril), estas obser- Pasa a la página 12 Viene de la página 11 vaciones sugieren un método sencillo, innocuo y preciso para establecer si un individuo ha ingerido aceites fraudulentos conteniendo anilidas. En este sentido, creo que no se ha valorado adecuadamente el estudio del servicio de inmunología de un hospital madrileño, que demuestra la presencia de anticuerpos específicos para anilidas en una muestra significativa de sueros procedentes de afectados de síndrome tóxico. La extensión de estas observaciones -cuyo fundamento metodológico está al alcance de cualquier servicio de inmunología hospitalaria- a sueros de enfermos del síndrome tóxico de otros hospitales y áreas extrahospitalarias permitiría establecer sobre bases más firmes lo que hasta ahora no pasa de ser una observación experimental y clínica limitada.Con independencia de la opinión de la Comisión Clínica -conocedora, por otra parte, de estos resultados-, que se recoge en el mencionado reportaje, creo que el carácter sensibilizante de las anilidas debe estudiarse sistemáticamente. Su trascendencia médico-legal es innegable, por cuanto permitiría resolver diagnósticos dudosos, completar el censo de afectados y expuestos, así como establecer unas bases racionales para la dotación de ayudas o indemnizaciones. Repetidas veces he hecho manifestación pública de estos hallazgos, así como de sus implicaciones médico-legales, tanto en reuniones de la Comisión Clínica como en conferencias a profesionales e incluso en la Prensa médica especializada (Tribuna Médica, 16 de abril). Mi recurso actual a la Prensa diaria traduce, a mi entender, la insuficiente capacidad asimilativa de los dispositivos implementados por la Administración para hacer frente al síndrome tóxico. / Coordinador del Programa del CSIC para el estudio del síndrome tóxico.
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