Reserva oficial respecto a las responsabilidades en el choque de trenes registrado en Santander
La dirección de Ferrocarriles de Vía Estrecha (FEVE) declinó, en la mañana de ayer y a preguntas de EL PAÍS, manifestarse en torno a las causas y responsabilidades que pudieran haber concurrido en el accidente que en la madrugada del pasado miércoles costó la vida a cuatro personas y heridas a otras seis, al chocar frontalmente dos trenes en las proximidades de la estación de Orejo, a quince kilómetros de Santander. Pese a este silencio oficial, fuentes próximas a la citada dirección apuntaron ayer que parece confirmarse el fallo humano como causa del accidente, a juzgar por las primeras investigaciones.La investigación judicial en torno a las causas del trágico accidente está siendo llevada en el máximo de los secretos, desconociéndose, en la mañana de ayer, si alguna de las personas relacionadas con el suceso había prestado declaración. Paralelamente la dirección de FEVE ha nombrado un instructor para el expediente determinador de las causas, que, según informó un portavoz de la compañía, no se hará público antes de diez días, "hasta tanto", precisó, "no habrá declaraciones oficiales ni presunciones sobre las posibles responsabilidades".
Pese al silencio oficial de la empresa, fuentes próximas a la misma informaron de que ha medida que avanzan las investigaciones, aumentan los datos que hacen pensar en un fallo humano como causante del accidente. Las primeras investigaciones parecen demostrar que el jefe de estación de Orejo, dio salida al tren con destino a Santander, cuando el que venía de la capital discurría por la misma vía, una vez que el jefe de estación de El Astillero le había dado vía libre. Los trenes, según las mismas fuentes, se cruzaban diariamente en la estación de Heras, en la que a la hora de producirse el accidente de ayer no se encontraba el jefe de estación, por lo que el tráfico tuvo que ser ordenado en las otras dos estaciones mencionadas.
A las doce del mediodía de ayer y durante cinco minutos, la totalidad de los trabajadores de FEVE paralizaron su trabajo en señal de duelo por las víctimas del trágico suceso.
Según pudo saber EL PAÍS existe cierto malestar en el comité de empresa por el accidente, el cual no es ajeno a los problemas de organización de servicio que ya habían sido advertidos a la dirección de la empresa, según mencionaron fuentes del comité que prefieren guardar el anonimato.
Por otra parte, el entierro de las cuatro personas fallecidas en el accidente ferroviario, se celebró en la tarde de ayer en la más absoluta intimidad por deseo expreso de las familias.
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