Pilotos de líneas aéreas y titulación

El pasado día 3 apareció en su sección Cartas al director la dirigida por el presidente de la Asociación de Ingenieros Aeronáuticos y decano del Colegio Oficial (¿de Ingenieros Aeronáuticos?), en la que se vierten opiniones sobre los pilotos de líneas aéreas y sus titulaciones, sobre las que me veo obligado a realizar algunas puntualizaciones:Se afirma que "los actuales estudios no fueron considerados ni de grado medio por una comisión del Ministerio de Educación y Ciencia". Mantuvieron esta opinión dos ingenieros aeronáuticos, catedráticos de su escuela superior en el seno de un grupo de trabajo encargado de la evaluación de estudios de la Escuela Nacional de Aeronáutica (ENA). Esta opinión no la compartieron los restantes componentes del grupo ni la comisión que lo había nombrado, compuesta por los Ministerios de Educación y Ciencia, Transportes, Turismo y Comunicaciones, Defensa y SEPLA. La comisión se manifestó conforme con el reconocimiento del nivel universitario en todos sus grados, con las modificaciones necesarias en los planes de estudios actuales de la ENA.

Se afirma que los pilotos, con la huelga anunciada para Semana Santa, pretenden forzar la publicación de un real decreto con la concesión de título universitario y eludir así el trámite legislativo normal. Este sindicato en ningún momento ha anunciado huelga alguna. La definición por decreto de la estructuración de enseñanzas y de facultades profesionales ha sido la vía seguida en multitud de casos precedentes; entre otros, en la de la marina mareante o en el de la propia ingeniería aeronáutica.

En actividades similares, los marinos mercantes tienen reconocido el rango universitario en todos sus grados, y no sólo los capitanes y oficiales de puente, sino también para los maquinistas navales jefes y para los oficiales de primera clase del servicio radioeléctrico. El agravio comparativo es manifiesto.

Internacionalmente, la Organización Iberoamericana de Pilotos (OIP) y la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas (Ifalpa) han recogido el espíritu de nuestras gestiones con la Administración española y han recomendado a todas las asociaciones miembros (prácticamente todas las del mundo occidental; en los países del Este, los pilotos de transporte están asimilados a ingenieros superiores) que gestionen de sus administraciones la conversión al cauce y rango universitario de las enseñanzas de pilotos.

La anomalía de la situación en el ordenamiento jurídico, académico y profesional de Espafía se pone de manifiesto con lo siguiente: los pilotos de transporte españoles no pueden ser profesores de su propia Escuela Nacional de Aeronáutica, no pueden formar parte de los cuadros de la Administración aeronáutica, a diferencia del resto del mundo; no pueden formar un colegio profesional, que sería el encargado de velar por los intereses de la profesión y de la sociedad en este ámbito.

En la carta se hace una declaración de intenciones, "aun estando afectados de forma directa por las consecuencias que conllevarían las atribuciones correspondientes a las titulaciones que se pretenden, el colectivo de ingenieros aeronáticos en ningún momento ha realizado manifestaciones ni en contra ni en favor de las mismas". Nada que alegar, lo que ocurre es que el resto de la carta es una evidente demostración de que al menos el señor Laverón sí se manifiesta contrario, y enconadamente contrario, a juzgar por los juicios de valor peyorativos que nos dedica.

¿No estará aquí el quid? Creemos que la postura del señor Laverón está mantenida a título personal y no manifiesta una opinión colegiada. Estamos seguros de que serán muchos los ingenieros aeronáuticos que admitirán con nosotros que forzo,samente convivimos y habremos de convivir en nuestro amplísimo campo de actuación del transporte aéreo.

Entendemos como elemental y prudente regla de esta convivencia la aceptación, nunca negada por nuestra parte, de las facultades específicas ya reconocidas de los ingenieros aeronáuticos, la aceptación del reconocimiento de las específicas de los pilotos por parte de los ingenieros aeronáuticos y, finalmente, la apertura de los cauces legales y racionales de entendimiento para las aún no definidas. Todo ello en el ánimo de la mejor atención a la sociedad y al servicio público que conjuntamente nos está encomendado, y no por vana o necia pretensión de que se "nos regale una licenciatura"; la gran mayoría de los pilotos de transporte españoles actuales están en su posesión o equiparados a ella por su procedencia. /

Presidente del Sindicato Español de Líneas Aéreas.