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Rafael Termes asegura que la economía española, en contra de las estimaciones oficiales, decreció un 0,4% en 1981

La economía española decreció en 1981, según manifestó Rafael Termes, presidente de la Asociación Española de Banca Privada (AEB), ante la asamblea ordinaria de la organización. Termes aseguró que el producto interior bruto, en contra de lo afirmado por el Gobierno y de los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (que no coinciden entre sí), cayó un (1,9% al coste de los factores y un 0,4% a precios de mercado.

Rafael Termes manifestó que "es positivo que la inflación interna se haya reducido desde el 15,2% en 1980 al 14,4% en 1981. Pero es negativo que el diferencial entre nuestra inflación y la externa se haya ampliado, como lo demuestra el que la relación entre el índice de precios al consumo en España y el de los países industriales que era de 1,27 en diciembre de 1980 haya pasado a 1,62 en diciembre de 1981".El presidente de la AEB dijo también que la cifra de parados a finales de 1981 (1.988.000 desempleados que suponen el 15,4% de la población activa) ha confirmado desgraciadamente las previsiones realizadas por su organización. No obstante añadió, como aspecto positivo, "la desaceleración en la pérdida de puestos de trabajo, que se han reducido a un ritmo anual de 330.000 en el tercer trimestre a 290.000 en el cuarto trimestre".

Con respecto al sector exterior, tras reconocer que "todavía nos movemos en el campo de las estimaciones", Termes precisó que "si bien de acuerdo con el registro de caja ya se sabe que el déficit de la cuenta corriente ha subido poco, pasando de 5.335 millones de dólares en 1980 a 5.758 millones de dólares en 1981, en base a la balanza de pagos es posible que el deterioro haya sido todavía menor, pasando de 4.973 millones de dólares en 1980 a 5.158 millones de dólares en 1981. De todos modos, no parece favorable que en un año de crecimiento nulo o negativo el déficit por -cuenta corriente no haya mejorado francamente".

Rafael Termes afirmó asimismo que el déficit público (Estado más Administraciones Públicas) se situó en 1981 entre 700.000 y 725.000 millones de pesetas. "Si, adoptando un punto de vista financiero, agregamos las operaciones del Instituto de Crédito Oficial, dicho déficit alcanza casi los 800.000 millones, cifra que corresponde a un déficit de caja de 767.000 millones".

El presidente de la AEB analizó, a continuación, temas específicos del sector bancario. Sobre las medidas de reforma del sistema financiero de 17 de enero de 1981 manifestó que siempre sostuvo "que la evolución del coste del dinero es, en gran medida, independiente de las normas legales sobre los tipos de: interés activos y pasivos". Para añadir a renglón seguido que también había expresado que tal reforma "sí sería culpable, en cambio, de la excesiva repercusión de la elevación del coste del pasivo en el coste del crédito bancario para los sectores no privilegiados".

Repaso a la liberalización

Termes, a la vista de los datos disponibles, manifestó que podía aventurarse que en 1981 el coste medio del pasivo total de la banca, que en 1980 fue del 7,25%, podría haber aumentado escasamente un punto. Paralelamente, el rendimiento medio de los activos, que en 1980 fue del 11,60%, en 1981 puede haber aumentado en un punto largo, con una repercusión de un punto y cuarto, aproximadamente, en el coste del crédito libre.

"La libertad de Ios tipos de interés en el descuento comercial y la limitación de comisiones", añadió Termes, "ha impedido que la banca recargara a determinados cedentes de papel, pero a cambio de impedirle también que tratara especialmente bien aciertos clientes que eran merecedores de ello. De forma que parece oportuno reflexionar si esta igualación en el trato, sin consideración a las compensaciones y al riesgo, es la mejor de las soluciones en un sistema de economía de mercado". Por otra parte, ajuicio del presidente de la AEB, "la introducción de los tipos preferenciales se está haciendo con bastante dificultad y en forma imperfecta".

Tras referirse a la paulatina y "necesaria" introducción del cobro de servicios, Rafael Termes aseguró que "los plazos de los créditos concedidos por la banca, más que disminuir, aumentan y que no es aventurado suponer que el porcentaje de crédito que actualmente se otorga a plazos entre dieciocho meses y tres años no es inferior al 15% del total que se concede, y el que se instrumenta a tres años y más no representa menos del 20% de dicho total". El presidente de la AEB se refirió también a las dificultades que presentan los prestamos a interés variable en épocas de inflación, a la liberalización de dividendos y al mercado de letras.

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