Gibraltar y España
(...) La perspectiva de la reapertura, el 20 de abril próximo, de la frontera que separa el promontorio británico del continente, es decir, de España, despierta sentimientos ambiguos. La satisfacción de ver a Madrid, por un gesto de buena voluntad que no carece de elegancia, poner fin a una situación absurda (particularmente entre países amigos y mañana aliados en el seno de la OTAN) y perjudicial al comercio local se empaña de un cierto pesar. ( ... )Con su genio para el aislamiento, los británicos se habían adaptado a la situación creada en 1969, cuando Franco había decidido cerrar el puesto fronterizo en La Línea. ( ... )
Las etnias de origen son difíciles de descubrir en el gibraltareño típico. Hay el inglés por fidelidad o afecto, del español por vecindad o sangre, del árabe por simpatía o necesidad, pero también del portugués, del maltés y del italiano. ( ... )
Esta diversidad, este cosmopolitismo auténtico se encuentra en el lemguaje del hombre de la calle.
En cuanto al problema militar, la evolución de los armamentos plantea la situación de forma diferente. Hubo una época en que la posición de Gibraltar lo convertía en la llave del Mediterráneo. Hoy ya no es así, sobre todo con la entrada de España en la OTAN. Pero esto es un tema a discutir.
Tanto más que Marruecos pretende que, si Madrid recupera la Roca, sería inconcebible que los españoles conserven sus enclaves del otro lado del Estrecho.
El argumento puede interpretarse de dos maneras: ¿Rabat es hostil a la devolución de Gibraltar a España o lo favorecerá para poder exigir la liberación de Ceuta y Melilla? (... )
, 6 de abril
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