Ganar el 'Oscar' supone unos ingresos extras de hasta 2.000 millones de pesetas
El mundo del espectáculo norteamericano montó anoche, como, cada año, su máximo show con el reparto tradicional en Hollywood de los oscars cinematográficos. Risas para unos, lágrimas para otros, a la hora del veredicto de los 3.800 miembros que integran la Academia de Artes que decide lo mejor del cine estadounidense e internacional. Un combate entre esmóquines y escotes para levantar la figurilla de oro que para la mayoría supone la consagración de una carrera, para otros, el inicio hacia la fama. Para los críticos, esta 54ª edición de los oscars, que imperturbablemente llega con puntualidad y sólo fue aplazada veinticuatro horas en la edición del pasado año, debido al atentado del 30 de marzo contra el presidente Reagan.
A la hora de cerrar esta edición se esperaba que, salvo sorpresas poco predecibles, la lucha por los oscars más lucidos, el de la mejor película y el del mejor actor, iban a disputarse entre Reds (Rojos) y On Golden Pont (El estanque dorado). Entre Warren Beaty, dírector, productor y principal actor del filme épico Rojos, y, entre el veterano Henry Fonda, por su interpretación en On golden pont. Para la mejor actriz las previsiones de oscars apuntan hacia Diane Keaton, por su papel en Reds.También postulaban para el oscar a la mejor película Charriots Of fire, Atlantic city, y Raiders of the Iost ark. Entre los competidores para la mejor película extranjera, el jurado podría estar dividido entre los partidarios de premiar al pueblo polaco, con el filme El hombre de hierro, de Aridrew Wadzja, o el filme del italiano Francesco Rossi Tres hermanos.
Entre las veintidós estatuillas de los oscars hay todo un serial que distingue, también, a la mejor actriz, a los mejores actores secundarios, banda musical, escenario, efectos especialistas, cortometrajes y otra tantas facetas del mundo del séptimo arte.
Este ritual tan norteamericano como son los oscars, acontecimiento que, se calcula, ven por televisión unos cincuenta millones de telespectadores sólo en Estados Unidos.
Las productoras y distribuidoras (tres de los posibles filmes ganadores del Oscar están distribuidas por Paramount) preparan el festejo con meticulosidad y rigurosa mercadotecnia. No en vano el precio del arte cinematográfico, con producciones de más de 3.300 millones de pesetas, como costó Reds, se venden mucho mejor si van acompañadas de la aureola de uno o varios oscars.
Los expertos de la industria hollywodiana, que, a pesar de su repetida decadencia, continúa centrando el mundo del cine en las colinas soleadas de la ciudad californiana de Los Angeles, opinan que ganar un oscar puede equivaler a unos ingresos suplementarios de 1.000 a 2.000 millones de pesetas para una producción que ya tenga buena aceptación entre el público, incluso antes del ansiado oscar, como ocurre actualmente en EE UU con On golden point, donde el clan Fonda, padre e hija, recaudan uno de los mayores éxitos de crítica y taquilla del momento.
Para un actor, un oscar en la carrera equivale a ganancias anuales suplementarias en trescientos o cuatrocientos millones de pesetas, a la hora de firmar nuevos contratos para futuros filmes.
En definitiva, aquí, como en otras partes, el honor, la fama y la gloria van acompañados de millones de dólares para los elegidos.
Los oscars son el mejor exponente del espectáculo de la vida norteamericana, donde, como dice el presidente y ex actor cínematográfico Ronald Reagan, "cualquiera puede triunfar en América". La mayoría de estas películas ya han sido estrenadas en España con gran exito. Asi En busca del arca perdida, una muestra del antiguo cine de acción, al estilo puro de Hollywood, de buenos y malos, de héroes y villanos, a docena de emociones por minuto. De En el estanque dorado con Henry Fonda habría que decir lo mismo, al igual que de Atlantic city, con Burt Lancaster, o de Carros de fuego, un canto a la voluntad y al honor. La excepción temática sería, por tanto, Rojos.
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